Si cerráramos los ojos mientras caminamos con Alicia Álvarez por Salud Bajo, captaríamos la esencia del sentir de una persona que ama el barrio en el que ha crecido.

La concejal de Distrito Salud-La Salle se siente cómoda en sus calles y describe un barrio que "lo tiene todo". "Tienes la vida de barrio porque conoces a todos los vecinos y tienes esa cosa de estar tranquilo. Yo no creo que falte ni un solo comercio", dice.

"Es el modelo de barrio que debemos tener en todos sitios", considera, aunque matiza "pero más cuidado por todos, por la institución y por los vecinos".

El ruido del tráfico impide oír bien a la edil en algunos momentos. Pongamos que entonces abrimos los ojos y miramos alrededor. El barrio que describe la concejal de Distrito Salud-La Salle no se parece mucho al que se percibe por la vista. Casas desiguales, de alturas diferentes, calles enteras sin comercios de ningún tipo, un muro de una vivienda privada caído... Y todo ello sazonado con el constante ruido del tráfico y la estampa de vías con filas de coches aparcados sobre la acera.

Cuando comento estas percepciones a la edil, ella reconoce que también son ciertas. "Es un barrio que está hecho de autoconstrucción. En un principio eran todo casitas terreras. Luego empezaron a aparecer edificios, quizá por eso haya tanto fuera de ordenación en esta zona".

Incluso el Parque de Las Indias, cuyo arquitecto ha reclamado que se dejó a medias y que no responde a la intención con la que se hizo, no tiene el mejor de los aspectos. "Está en su mejor momento, pero no es para nada bueno", considera la concejal, que habla de los grafitis y pintadas. "Necesitamos trabajar algunas cuestiones de orden cívico". Y añade su nota personal: "Antes era una explanada y celebrábamos allí las hogueras de San Juan".

Alicia ve siempre el vaso medio lleno en la Salud Bajo, así considera que al ser un barrio que está en bajada "es un poquito inaccesible". También reconoce que "hay partes de ciudad-dormitorio" y el problema de los aparcamientos, que, además, es de difícil solución.

La concejal explica que estuvieron mirando la posibilidad de utilizar un solar cercano para estacionar, pero que finalmente no se pudo hacer por el desnivel y que es difícil habilitar otros lugares porque no hay mucho más espacio libre en el barrio.

Alicia dice muy seria que no cree que la solución a todos estos coches en la acera pase por multar sino por buscar "aparcamientos alternativos", a pesar de que no parece que sea fácil encontrarlos. "Si preguntas a cualquier vecino si prefiere poder salir de su casa o aparcar no va a saber qué decirte porque yo he sido vecina del barrio y no sabía qué decir".

En este barrio de manzanas rectangulares, las calles tienen nombre propio, pero los vecinos las conocen por el número. Alicia vivió en la calle Once y nos muestra la calle Hero como una vía principal (aunque a mí me parece muy similar a las demás). "Por aquí se subía para ir a un montón de sitios", me aclara ella, para mostrarme las razones que diferencian esta calle. "Es el atajo desde la zona del instituto de Las Indias" y "vive mucha gente antigua", concluye.

Llegamos a la parte alta de la avenida Venezuela desde la que bajamos casi hasta Cruz del Señor. "Muchas veces menospreciamos lo que tenemos. Decimos ''nos vamos de compras a Santa Cruz'' y esto también es Santa Cruz". Aquí la concejala se interrumpe para pedirme que me suba a la acera. "Es que vienen los coches y me estoy poniendo nerviosa".

El tráfico, de nuevo, aparece como un personaje propio del barrio, donde el transporte público destaca por su necesidad y por las protestas que generó su reestructuración el pasado año. "La 901 es como la vida y obra de este barrio", dice, para apuntar que el problema fue que se recortaron los horarios nocturnos y la periodicidad de paso. "Hemos pedido que se valore desde Movilidad dejar algunas líneas, la 6 y la 11, durante más horario nocturno".

Cuando uno visita un barrio tiende a responsabilizar al concejal de lo bueno y lo malo, pero hay cuadros que no los pintan ellos sino los vecinos. La propia Alicia se queda perpleja con un pequeño solar frente al Parque de las Indias lleno de desperdicios. "Esto es lo que no puede ser", dice, molesta con la imagen que podamos llevarnos de su maravilloso barrio.