Dos veces por semana, el Pabellón Pancho Camurria recupera parte de la actividad deportiva perdida en los últimos años con la presencia de un equipo de fútbol sala. Pero, aunque lo parezca, no es un equipo más. Lo forman, desde hace aproximadamente un año chicos con discapacidad intelectual que se reúnen para practicar su afición favorita: el fútbol. Sin embargo, eso no es ni mucho menos lo más importante; lo fundamental, como apuntan desde el colectivo organizador, Ademi, es trabajar en el camino hacia la plena integración social.

"Este es un proyecto multidisciplinar -añaden desde el club de deporte adaptado de Santa Cruz- dentro del concepto de la integración a través del deporte. Vienen de distintos centros ocupacionales como Los Verodes y El Drago, de aulas enclave e n los colegios y de distintos colectivos para entrenar todos los lunes y miércoles una hora por la tarde".

La edades de nuestros protagonistas oscilan entre los 42 años de Víctor, que procede de Salud Alto, a los 14 de los hermanos de Añaza, Kevin y Nauzet. Junto a ellos están Cristian (23), el último en llegar desde Llano Alegre; el tímido Abián (26), que vive en Las Delicias; el gigante de origen majorero Román (27), Julián Jonathan, o mejor Johnny (31), de Los Gladiolos; Ángel (41), de García Escámez; Juanjo (17), de La Salud, y Abel Bonilla (25) de María Jiménez en Anaga. Al frente de todos ellos, como entrenador, está el toscalero Javi Baquero.

"Ponga usted ahí que le dedico este partido a mi padre, el boxeador Julián Hernández, y a Tomás Francisco Carbajal, Tom Carby -histórico director de Diablos Locos-". Así lo pide Johnny.

La mayoría -es la moda- son del Barça, pero los hay también del Real Madrid e, incluso, del Betis, con el CD Tenerife de fondo, tal vez a la espera de tiempos mejores.

El balón, a través de los disparos de Román, un niño grandote con una fuerza tremenda, hace temblar las paredes acolchadas de la cancha de Los Gladiolos.

Desde fuera, parecen un equipo más que entrena en una cancha municipal; dentro se aprecia que son el resultado de un duro trabajo por la integración social.

Campeonato de España

Aunque ese no es el objetivo primordial, los chicos se preparan para una cita importante: el campeonato de España de su categoría, que tendrá lugar en noviembre en San Fernando de Cádiz. Por eso preparan amistosos con rivales de otros centros educacionales . El entrenador, Baquero, valora la evolución de sus pupilos: "Cuando llegaron casi no sabían ni darle al balón, pero han mejorado mucho, Son muy educados y aprenden rápido". Javier Baquero añade: "Ya tocan la pelota con sentido, la sacan jugando con criterio y hacen sus cositas. Pero lo principal es que les hemos dado un aliciente. En vez de estar en su casa viendo la televisión o jugando a la Play Station hacen actividad física jugando a lo que les gusta".

Un testimonio

La madre y el hermano de uno de los chicos, Juanjo, no suelen perderse los entrenamientos. Él participa en ellos porque "este es un sitio abierto a todo el mundo", apuntan. Ella explica su historia: "Cristian estuvo en equipos federados, pero no era su lugar. Estos chicos necesitan un espacio donde desarrollar sus potencialidades y aficiones. Aquí ha encontrado su sitio. Llegamos por el boca a boca, a través de un compañero, y estamos encantados".