Algo más que un disgusto es lo que se llevaron esta semana pasada los vecinos de un edificio de la calle Arona, en el santacrucero barrio de La Salud Alto. Con asombro y estupor asistieron impotentes a la tala sin remedio de un ejemplar de jacaranda que cinco décadas antes habían plantado con sus propias manos.

Alguno de los afectados cuentan cómo los operarios de Parques y Jardines llegaron a la zona y, sin hacer caso a las indicaciones de los vecinos, procedieron a cortar el frondoso ejemplar por su tronco, "cuando nuestra demanda era, pura y exclusivamente, llevar a cabo una ligera poda o descarga de sus ramas, para reducir su gran volumen". María Olga, una de las propietarias del bloque 22 del edificio 25 de Julio, donde se emplazaba este ejemplar de jacaranda, dijo que los trabajadores "se limitaron a decirnos que cumplían órdenes, cuando nosotros habíamos enviado un escrito en el que advertíamos de que los árboles estaban enredados unos con otros, por lo que demandábamos una limpieza, pero no una poda, porque eso se hace en febrero".

Añade que, incluso por parte de los responsables de Parques y Jardines "se nos reconoció que la limpieza solo consistía en cortar algunas ramas para su aclarado, para evitar la caída de flores y hojas en la escalera, pero luego deciden que la limpieza era un corte, algo que no queríamos para nada".

El jardín del que se cortó este árbol fue creado por los propios vecinos en 1960, un año después de la entrega de las casas, "y en la escritura de la vivienda se refleja la cesión de los metros de tierra por parte del Ayuntamiento, un espacio en el que hemos plantado otros árboles y plantas".

Sin embargo, lamentan que ahora, "para nuestro disgusto, han cortado de golpe y porrazo el ejemplar más bonito de la zona, muy admirado por todo aquel que pasaba por aquí".

"Una vez hecho el mal", los habitantes de este lugar del barrio de La Salud señalan que no van a emprender más medidas contra los responsables de esta metedura de pata imperdonable, "por temor a que tomen reprimendas contra nosotros y aparezcan para acabar con lo poco verde que nos han dejado". No obstante, lamentan las consecuencias que han tenido que "a nosotros no nos dejen hacernos cargo del mantenimiento de los árboles, porque si cortamos lo más mínimo nos amenazan con multarnos, y solo se limitan a facilitarnos el agua y alguna poda puntual, que siempre se ha hecho con nuestra presencia, salvo en esta ocasión".

Además, explican que no es la primera vez que se las tienen que ver con la forma de trabajar de algunos operarios de Parques y Jardines, ya otro ejemplar de flamboyán que hay en este jardín "le cortaron una rama tan mal que el pobre lo dejaron deformado". Explican que cada vez que ven aparecer por el barrio alguno de los camiones de la empresa concesionaria "nos echamos a temblar, ya teníamos una bugambilla que no sabíamos de qué color era la flor, porque lo cortaban hasta dejarla calva, algo de lo que estamos cansados porque solo vienen a destrozar".

Una vez sufrido este incidente sin remedio, los vecinos ahora le reclaman a Parques y Jardines que sean conscientes cuando acudan a otro lugar, pues explican que "esta tala la hicieron sin nuestro consentimiento y dentro de un espacio particular".

Según la versión expresada por Parque y Jardines, los técnicos que visitaron el lugar observaron que este árbol tenía el tronco bifurcado y que, por tanto, no era de tronco único, además de señalar que "las raíces afectaban a un muro", aspecto que desmienten los vecinos y propietarios. Además, señalan que se adoptó la decisión de sacrificarlo porque por sus dimensiones afectaba a un drago, que ya se estaba inclinando para buscar la luz y a una palmera canaria, aunque en los afectados prevalece la sensación de que "alguien se ha pasado dos pueblos en este caso".