El gobierno de Santa Cruz aún no ha comprado el sistema para detectar a los conductores que se saltan el semáforo en rojo probado en los últimos meses y estudia la oferta de la empresa que ha permitido este experimento y la de otras compañías. Lo que sí ha hecho el equipo gobernante, sobre todo con experiencias similares en Sevilla y otros lugares, es analizar a fondo las opciones existentes para que los múltiples vehículos que incumplen la normativa, tal y como ha corroborado el aparato en este tiempo en la capital, puedan ser sancionados desde la legalidad, lo que representa una multa de 200 euros y la pérdida de 3 puntos en el permiso de conducir.

Para poder encauzar legalmente estas sanciones, el consistorio debe simplemente señalizar la instalación de esos aparatos en los semáforos que se elijan para ello. En caso de que se cambie su ubicación, tal y como ha ocurrido durante la fase de prueba, se ha de notificar también esa modificación con la señalética correspondiente.

A partir de ahí, el área local de Seguridad Ciudadana, que dirige la nacionalista Carmen Delia González, deberá aplicar los mismos procedimientos sancionadores que utiliza en casos similares, como ocurre con los radares de velocidad u otros, según señalan a EL DÍA fuentes del departamento.

Desde el pasado junio, el Ayuntamiento santacrucero, en una experiencia sin precedentes en la Isla, colocó un sistema que detecta a los coches que se saltan los semáforos en rojo y, hasta el 7 de julio pasado, las cifras eran demasiado elocuentes, con un total de 970 infractores tras instalarse el aparato en solo dos semáforos de los muchos de la capital y no de forma simultánea.

El sistema lo aportó una empresa especializada y se instaló al principio en la confluencia de la avenida de Santa Cruz y la calle Viera y Clavijo, muy cerca del ayuntamiento. Durante los primeros 20 días, un total de 520 conductores se saltaron el rojo, bien por llegar justo en el momento en que va a cambiarse de color el semáforo o porque, simplemente, a estos conductores les resulta indiferente el código de circulación y los evidentes riesgos para terceros o su propia persona.

Más llamativas y preocupantes, fueron las cifras logradas durante solo diez días en el cruce entre la avenida San Sebastián y Galcerán. En este caso, el sistema pilló a 450 vehículos incumpliendo esta norma básica de la circulación.

De momento, estos infractores se han salvado de la infracción, ya que el sistema solo está a prueba y la Policía Local no tiene potestad para utilizar los datos para sancionar. Sin embargo, y si se adquieren los equipos, todo cambiará con una simple señalización de los aparatos y, a partir de ahí, los procedimientos habituales de las multas de tráfico.

Desde que se puso a prueba, el sistema y sus resultados han sorprendido sobremanera a los responsables del departamento y a la Policía, reforzando la tesis de la idoneidad de adquirirlo en pro de una mayor seguridad vial.

El aparato, que graba vídeo y saca 5 fotogramas cuando se produce la infracción, se probado también en el cruce de la avenida de Los Majuelos con la calle El Trébol y las reubicaciones se sucederán hasta que se decida si se compra o no. Incluso, existe la opción de usarlos para controlar otros aspectos de la circulación.