El recorte del presupuesto se ha cebado este año con las Fiestas del Carmen. No solo se celebró un festival "light" de habaneras, frente a lo que era habitual, sino que la crisis dejó este año sin la exhibición pirotécnica de la plaza de España a la Virgen del Carmen que, como cada 16 de julio, volvió a centrar la atención de la celebración eucarística en la parroquia matriz de Nuestra Señora de La Concepción y la posterior procesión marítimo terrestre. Ni ayuntamiento ni Club Náutico ni Paso Alto tiraron fuegos artificiales, solo la Autoridad Portuaria en el espigón del muelle. Fiel a la tradición, la procesión de la Virgen del Carmen volvió a reunir a miles de chicharreros, resaltando la vocación marinera de la capital tinerfeña.

Bajo la atenta supervisión de Manuel Pío, jefe de Protocolo del Ayuntamiento de Santa Cruz, la jornada mariana celebrada en la tarde de ayer volvió a engalanar el frente de la capital, hasta donde se acercaron miles de vecinos para alongarse a la bahía y el paseo de la Virgen del Carmen, "reina de los mares". Así dice la "Salve" que le cantó en el interior del templo, al término de la eucaristía, la Coral Polifónica del Círculo de Amistad XII de Enero, bajo la dirección del maestro Salvador Rojas, que estuvo acompañada por la Banda Municipal de Músical de la capital, con Felipe Neri al frente. Así, la misa, que comenzó a las seis de la tarde, estuvo presidida por Mauricio González, párroco de La Concepción, si bien la predicación de la homilía corrió a cargo del presbítero Agustín Sanabria, titular de la iglesia del Santo Hermano Pedro. Junto a estos dos sacerdotes, otros cinco concelebraron la eucaristía, en la también cantó la referida coral.

Al término de la misma, se cantó la "Salve" y comenzó la procesión marítimo-terrestre que, al igual que el año pasado, obligó a sortear las obras que se ejecutan entre el puerto de Santa Cruz y la plaza de España bordeando la Alameda del Duque de Santa Elena para dirigirse de nuevo hacia el Cabildo y acceder en procesión al recinto portuario a través de una pasarela provisional. Este paso, habilitado solo para la procesión, permitió ver el estado de la obra de la Vía Litoral. Pero muchos de los participantes lamentaron que para entrar al puerto se tuviera que hacer por el edificio Puerto-Ciudad.

El mar permitió una buena travesía, para retornar a tierra cerca de las diez de la noche. En la comitiva se estrenó como alcalde José Manuel Bermúdez; faltó el primer teniente de alcalde, Julio Pérez, y volvió fiel a la cita el presidente del Cabildo, de la Autoridad Portuaria y el comandate naval.