En la madrugada del jueves al viernes de la pasada semana, el campo de fútbol del barrio de Barranco Grande se convirtió de nuevo en víctima de la moda de los robos de cable de cobre, ya que sustrajeron prácticamente la mitad del material de la instalación deportiva, dejándola inutilizada en horario nocturno.

Durante esta semana, los equipos que entrenan en este campo no lo han podido hacer con normalidad, al carecer del alumbrado, pues tampoco se ha podido reponer la instalación sustraída, ya que según señalan varios miembros del Club Deportivo Teide, "tanto desde el Ayuntamiento de la capital como desde el Cabildo se nos ha asegurado que no hay dinero".

Según explican estos representantes, el presupuesto que se ha elaborado con los daños sufridos "supera los 15.000 euros", aunque comentaron que "parece que, para hoy, viernes, está previsto que sea remodelado por parte del área de Deportes".

El principal temor de este colectivo era que se retrasara aún más esta reparación, puesto que en este campo entrenan varias veces a la semana más de 200 niños pertenecientes a 14 equipos de las diferentes categorías", y a partir de la próxima semana cambia la hora para adaptarse a la temporada de invierno "y a media tarde ya oscurece".

No obstante, recuerdan los directivos que este no es el único atentado que han sufrido en este campo para sustraer el material eléctrico, ya que en varias ocasiones se han levantado las tapas de las canalizaciones y se ha robado todo el cable de tierra, como ya ocurrió el año pasado.

Además, señalan que de vez en cuando se suele colar gente en las instalaciones a través de una verja que está rota, por lo que piden más medidas de seguridad para evitar que los daños cada vez sean más cuantiosos.

El concejal de Deportes y de Seguridad Ciudadana, Hilario Rodríguez, reconoció ayer que, además de en este campo, se había producido una sustracción del mismo material "en el campo de El Draguillo, a escasos 200 metros de distancia y aún sin inaugurar".

Rodríguez comentó que, en cuanto a Barranco Grande, como en los últimos meses habían robado los cables, se adoptó la decisión de soldar las arquetas de registro, medida que no fue suficiente, así como que se habían instalado cámaras de seguridad como prevención, pero su cableado también fue robado.

El concejal ha explicado que con el fin de que no se vea afectada la actividad deportiva, se han adelantado los horarios de entrenamientos, puesto que reparar los daños cuesta unos 13.000 euros.