Existe parte del movimiento vecinal de Anaga que lo tiene muy claro: no se sienten identificados como chicharreros y asemejan a Santa Cruz con ese pariente lejano al que se va a visitar de vez en cuando. De este parecer son, por ejemplo, los presidentes de las asociaciones de vecinos Centro Sociocultural Anaga y Voz del Valle, Aarón Rodríguez y Luján González respectivamente.

Ambos recriminan la falta de compromiso del Ayuntamiento de Santa Cruz durante, al menos, treinta años, algo "que nos hace sentir ciudadanos de tercera", según expresa Luján González.

Ejemplos de ese abandono hay muchos: los destrozos que continúan intactos en determinados caseríos como el de Los Naranjos tras el temporal del pasado mes de febrero; la falta de ejecución del proyecto para arreglar el campo de fútbol de Taganana; la incumplida promesa del arreglo de la iglesia de Nuestra Señora de Las Nieves (un Bien de Interés Cultural que presenta goteras preocupantes para la conservación de los bienes patrimoniales que alberga, como el famoso tríptico flamenco de la adoración de los Reyes Magos, del siglo XVI), así como la mejora de todo su entorno; o la falta del servicio de alcantarillado.

Luján González resume el sentimiento generalizado de la mayoría de los mil vecinos de Taganana: "La gente de aquí vive igual que hace treinta años. Imagínese usted que el centro de Santa Cruz estuviera igual que en 1980, pues nosotros nos hemos estancado ahí y no vemos ninguna solución ni apoyo por parte del gobierno de la capital".

A todo ello, además, en las últimas fechas se ha añadido la polémica sobre la organización de las fiestas patronales que, incluso, ha terminado con la dimisión de la comisión de fiestas debido a la imposición del horario de las verbenas o del pago por la utilización del espacio público: "Nadie estará tentado de volver a las fiestas de Taganana si, tras pegarse la paliza en coche desde Santa Cruz, y cuando más animado está el baile, cortan la música a las 3 de la mañana", argumentan.

El hartazgo en las gentes de Taganana es evidente, por lo que reivindican, una y otra vez, la necesidad de tener acceso a lo mismo que otros barrios de Santa Cruz (un médico disponible a menos de media hora, un parque infantil, un cibercentro que funcione o alguna ducha en las playas). Por ello, no cejan en su empeño de hacer entender a quien les quiera escuchar que Taganana no es Santa Cruz.