La asociación de empresarios de la avenida Francisco La Roche, más conocida como de Anaga, expresó ayer su "rechazo y descontento" con las previsiones de la Consejería de Obras Públicas para la ejecución del proyecto de la Vía Litoral, cuya primera fase se encuentra en proceso de ejecución.

José Manuel Ramos, vicepresidente del colectivo de empresarios, señaló que "tal y como se refleja esta actuación en la infografía que nos han facilitado esta semana, supondrá la muerte para esta zona de Santa Cruz". Así, explicó que los empresarios reclaman que los responsables de la actuación "nos expliquen el contenido de las láminas facilitadas", puesto que observan que hay elementos como el restaurante chino o los árboles de la vía que "los políticos y técnicos nos aseguraron que no se verían afectados, pero, tal y como aparece en la documentación, se observa su desaparición".

Por ello, solicitan una explicación "sobre el proyecto, porque no se corresponde con los acuerdos alcanzados en las diferentes reuniones". En este sentido, Ramos dijo que, ante la documentación que les han remitido, "es mejor que nos pronunciemos ahora que no cuando sea demasiado tarde", pues aclaró que "se carece de aparcamientos o el carril de servicios que se nos aseguró que se habilitaría para las mercancías de los locales de restauración", que en la actualidad son 15, al margen de las oficinas, bancos, agencias de coches y demás tipos de negocios.

Además, Ramos considera que al contemplarse una simplificación de las vías, "la avenida se quedará reducida a las más mínima expresión, representando también un problema par la accesibilidad de muchos vecinos, al margen de otros detalles del proyecto cuya finalidad desconocemos", hasta el punto de "no tener claro si desaparecen o no los laureles de indias".

El vicepresidente de la asociación de empresarios de la avenida de Anaga dijo, respecto a la segunda fase de la obra, que "a pesar de que dependerá su ejecución de la situación económica, es algo que rechazamos, puesto que su desarrollo nos afectará a todos". Al respecto, comentó que su ejecución se estima en un periodo de 36 meses, en el que el tráfico "se desviará por trazados alternativos que perjudican a nuestra actividad, la de los estacionamientos de los vecinos y las oficinas", por lo que reclaman "más transparencia respecto a la planificación de estas obras".

A largo plazo

Por su parte, el responsable de la obra, Adolfo Hoyos, señaló que la documentación recibida por los empresarios "no son los bocetos definitivos", por lo que aclaró que "aún no se ha cumplido el plazo de 15 días que les habíamos solicitado para presentarles la solución definitiva", que dependerá de la postura que adopten los responsables de la consejería.

Hoyos señaló, respecto a la situación del restaurante chino, que se trata de un espacio que está inmerso en plena ejecución de la obra, "pero no quiere decir que desaparezca", pues matizó que "también se podría barajar su cambio de ubicación". Además, puntualizó que, "en un principio, no se piensa tocar ningún ejemplar de laurel de indias, además de otros aspectos que se hablarán con todos los colectivos de la zona".

Asimismo, el responsable de la actuación explicó que la documentación que han recibido los miembros de la asociación de empresarios "se corresponde con el modelo del proyecto antiguo, que en ningún momento se ha negado que se pueda modificar".

Con relación al futuro de la segunda fase de la obra, comentó que "esta parte es una previsión que ni siquiera está proyectada, y para la que quedan muchos años para su desarrollo", pero matizó que "una vez que finalice ofrecerá mucha calidad, pues se prevé una vía prácticamente sin coches".