El primer pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz que contó con la ansiada estabilidad municipal pregonada por CC y PP para fundamentar su reiniciado "noviazgo", deparó, contra el pronóstico inicial, la aprobación unánime de la moción presentada por el PSC para que la Intervención General del consistorio emita un nuevo informe sobre los tres expedientes de gasto de la Gerencia Municipal de Urbanismo emitidos a favor de la edil Luz Reverón (10.000 euros), el gerente Eduardo Risueño (8.500 euros) y el funcionario Fermín García (7.500 euros).

Con anterioridad al voto favorable de todos los concejales, sólo dos ediles mantuvieron una, por momentos, enconada lucha dialéctica. Sin embargo, ninguno de ellos fue Luz Reverón, que se mantuvo al margen de las embestidas socialistas. Fue el portavoz de CC, José Alberto Díaz-Estébanez, el que trató de sortear las acusaciones de gastos "inmorales, injustificados y escandalosos" vertidas por su homólogo socialista, José Ángel Martín, a la concejal de Urbanismo.

Quizás era a episodios como éste a los que se refería el alcalde Miguel Zerolo cuando consoló a Díaz-Estébanez por quitarle el área de Economía y Hacienda en beneficio del PP, diciéndole que ser el portavoz nacionalista era la labor más importante dentro del Grupo Municipal de CC.

Sea como fuere, el nacionalista se llevó la parte más ingrata de la discusión. No era fácil aguantar el tipo mientras José Ángel Martín volvía a recriminar la adquisición de un móvil de 512 euros, la cafetera de 108 o los "embostes" regados con 114 euros en botellas de vino (todo ello, cabe recordar, pagado con dinero público sacado de la Caja de Urbanismo como libramientos a justificar).

Díaz-Estébanez censuró a los socialistas manifestándoles que "ustedes han encontrado carne donde hincar el colmillo y lo que quieren es estirar el chicle" y, además, tildó su actitud para con la concejal de "cacería personal".

Erró ahí el concejal porque lo censurable es que el PSC haya encontrado "carne" a la que "hincarle el diente" más allá de su utilización oportunista, algo que, al fin y al cabo, es esperable y lícito por parte de la oposición.

Sin embargo, el portavoz nacionalista se mostró convencido de la legalidad del procedimiento formal llevado a cabo por Urbanismo en la tramitación de los expedientes para justificar "los gastos para el correcto funcionamiento de la Gerencia". Además, reprobó que los socialistas quisieran escenificar el particular "vía crucis" de Reverón cuando podían solicitar un nuevo informe sin necesidad de acudir al pleno.

Por su parte, José Ángel Martín, que en este tema se gusta, no escatimó detalles a la hora de enumerar (otra vez) el concepto de las facturas más sangrantes y evidenciar los defectos de forma de los expedientes al carecer de la firma del técnico que los suscribía. El debate no pasó a mayores porque todos votaron a favor de solicitar el nuevo informe (eso sí, seguro que esperando distintas conclusiones). Por un momento pareció que el gobierno de concentración había cuajado.