Los vecinos del inmueble ubicado en el número 45 de la céntrica y toscalera calle de Méndez Núñez ya no saben qué hacer ante el auténtico "palomar gigante" en el que han convertido la fachada exterior y los balcones por el absoluto abandono y deterioro del inmueble. Pese a las denuncias a la Gerencia de Urbanismo, las fuentes consultadas por EL DÍA aseguran que "la situación empeora cada día por la acumulación de basura y no vemos que se arregle".

Pese a ser de estilo canario clásico nadie parece preocuparse, aunque a los vecinos les han dicho que "lo van a tirar cuando se apruebe el Plan General, pero lo cierto es que se ha convertido en un chiquero, o mejor dicho, en un palomar gigante".

Aseguran estas personas que "desde las comunidades cercanas hemos presentado informes ante la Gerencia de Urbanismo y hablado con los dueños y con Sanidad, pero nos han hecho caso omiso". Lo que piden es que "al menos se limpie porque es que existen serios riesgos sanitarios para nosotros, pero no de ahora, sino casi desde hace cinco años. Los escombros se acumulan en el exterior y en el patio y los malos olores son constantes. Ese patio con el edificio colindante es común pero sin acceso directo porque lo divide un muro. Tampoco podemos afrontar nosotros su limpieza porque se trata de una propiedad privada".

Desalojado y abandonado.- El inmueble está desalojado desde 2001 y abandonado entre 2003 y 2004 porque "siempre decían que se iba a derribar de un momento a otro, pero no podía ser hasta que se aprobara el PGO. A ver si ahora hay más suerte".

La situación se ha complicado en los últimos tiempos: "Ahora tenemos desde hace poco quien nos amenice las tardes. Una mujer con voz tipo Rosana, que se dedica a tomar cervezas o vino en tetrabrik, además de a fumar en la entrada de ese edificio. Lo de cantar no lo hace mal, pero molesta que deje los envases tirados. No sabemos si tendrá sitio donde poner más porque ya está rodeada por todos lados".

Mejores tiempos.- Lo curioso del caso es que "en el año 2001 una empresa compró el edificio con la idea de culminar un proyecto supermoderno que respetaba la fachada y luego se abandonó", explican. Consta de cuatro plantas y es de estilo canario tradicional, aunque tanto el exterior como los muros medianeros muestran un evidente deterioro. Urbanismo calculó en marzo de 2006 que el propietario debía afrontar unas obras de remodelación por valor de unos 7.000 euros para mantenerlo en condiciones. También conminaba al propietario, la Fundación Jaume Espona, a que en 48 horas tomara las medidas de seguridad pertinentes para impedir cualquier situación de riesgo y a que en dos meses iniciara los trabajos para mantener el inmueble en condiciones. Han pasado tres años y diez meses de la resolución, cuando Manuel Parejo era concejal de Urbanismo. Y hasta la fecha...