Los vecinos de la barriada José Antonio han calificado la retirada en el contenido del PGO del plan de reposición de sus 155 viviendas como "un auténtico jarro de agua fría", pues señalan que no ocultan su decepción "al comprobar que se ha retirado algo que se nos prometió y que formaba parte de nuestra ilusión".

Los propietarios de estas casas, de apenas 30 metros cuadrados y con una antigüedad de unos 60 años, empezaron ayer a recoger firmas para exigir que dicho plan se incorpore en el PGO, requisito imprescindible para acceder a los planes estatales de reposición, "y que ya fue aceptada por medio de una alegación formulada al planeamiento del año 2000", además de "ser un compromiso político".

Los responsables de las comunidades de propietarios de los tres bloques que conforman la barriada y de la asociación de vecinos Azorín no ocultaban ayer que "nos sentimos por los suelos después de esta decisión y con mucha preocupación", pues aseveran que su demanda "no persigue más que una vivienda digna", y temen que este contratiempo demore sus aspiraciones más allá de 2012.

Ayer comenzaban una campaña de recogida de firmas para que se reconozca esta situación, además de anunciar que presentarán alegaciones, pero se mostraron dispuestos "a empezar en septiembre con todo tipo de movilizaciones, porque la Concejalía de Urbanismo no nos ha respondido desde hace dos meses y aún no hemos recibido ningún tipo de explicación respecto a esta retirada, y la concejal de Urbanismo, Luz Reverón, nos ha dado la callada por respuesta a la reunión que le pedimos en junio".

Ante este silencio de la administración municipal, anuncian que "tendremos que negociar con todas las fuerzas políticas para que rechacen el PGO, pues no se recoge una demanda justa y que estaba comprometida y aceptada por el propio alcalde", por lo que, anuncian que si en septiembre "no se nos llama para un encuentro nos empezaremos a manifestar, e incluso nos encadenaremos donde sea necesario", medidas que adoptarán de manera conjunta con el patronato de La Candelaria, "que nos ha mostrado su apoyo".

No ocultan que por el estado de sus casas, "hay muchas personas con depresión porque ya no pueden vivir en ellas, pues hay infinidad de ratas y todo tipo de insectos, como cucarachas y nidos de avispas". Aseveran que hoy en día sus casas no reúnen las condiciones mínimas, pues afloran problemas de todo tipo, "principalmente con las conexiones a la fosa séptica, que se obstruyen cada dos por tres, afectando a las casas más próximas; así como la luz, donde aún hay acometidas de 120 voltios, el cableado, el pavimento o el deterioro de las fachadas y paredes, entre otros desperfectos".

A estas alturas los vecinos no cuentan con una rehabilitación, sino con la reposición total de las viviendas, "puesto que hay un compromiso político del alcalde, Miguel Zerolo, quien nos dijo que se iban a tirar, algo que se planteó para el año 2006, pero en esas fechas se priorizó en Los Lavaderos, con las viviendas afectadas por la riada del 31-M, pero nos hemos llevado la sorpresa de que si se incluye la reposición de la otra barriada del patrona, La Candelaria, y nosotros nos hemos quedado fuera".