Los vecinos del litoral de Añaza asistían esta semana a un hecho que les generó estupor, ya que desde la distancia podían divisar las siluetas de un grupo de jóvenes que se habían adentrado en el edificio abandonado de la costa. El grado de sensibilidad que se ha implantado en el lugar se justifica por que éste es un inmueble que constituye un riesgo constante por su estado ruinoso, ya que incluso en las últimas décadas han fallecido cuatro personas entre sus ruinas. Esta presencia disparó todas las alarmas, por lo que pusieron los hechos en conocimiento de la policía.

Hasta en dos ocasiones se realizaron llamadas a la Policía Local, que desplazó a la zona una dotación que procedió a la identificación de los ocupantes de la vieja estructura. Se trataba de jóvenes mayores de edad, a los que se les advirtió del riesgo que corrían, por lo que se les invitó a abandonar el vetusto edificio.

Se trataba, según las personas consultadas en este barrio del Suroeste, "de la grabación de un videoclip de un grupo de hip-hop", que había requerido trasladar a este emplazamiento grupos electrógenos y varios vehículos para cargar el material necesario para la filmación". Los chicos manifestaron que se trataba de un grupo musical y que "no había problemas", pero los vecinos y la policía no compartían esta posición, puesto que les advirtieron del auténtico problema que encerraba su permanencia en una estructura plagada de escombros, basuras y años de abandono.

El vecindario califica esta actividad de "acto temerario", ya que consideran que cualquiera de los jóvenes que participaba en la grabación, así como el equipo técnico que los acompañaba, "corrían un serio riesgo de sufrir una caída, puesto que este edificio no está en las condiciones adecuadas para acceder a su interior". Por ello, señalan que "aún impresionados por esta irresponsabilidad, se debería poner freno al acceso a este inmueble, de manera que las autoridades competentes procedan, de una vez por todas, a tapiar el perímetro de esta obra inacabada, que representa un riesgo constante, ya no sólo para los menores del barrio, sino para incautos como los que en estos días han escogido este espacio para convertirlo en un plató".