Aquellos que ya peinan canas recuerdan los inviernos de verdad. Los días de lluvia sin respiro. Las semanas enteras sin ir a clase. Ayer fue un día similar, pero más otoñal y casi sin frío, aunque ahora se disparan con mayor facilidad las alertas y se utilizan a veces a discreción términos como tormenta, temporales y hasta riesgos extremos.

Las medidas tomadas un día antes (viernes) hicieron temer por unas condiciones meteorológicas para temblar. Fuencaliente, incluso, decidió evacuar a personas que viven en la zona de El Charco, especialmente a los mayores, por miedo a las escorrentías. Uno de ellos pernoctó en la residencia y otros en el hotel Princess, en la costa, mientras que la mayoría optaron por quedarse en sus viviendas. Todos los equipos de actuación en La Palma fueron activados.

La madrugada del sábado fue tranquila. La alerta se activó a las 00.00 horas, pero hasta una hora antes del amanecer no se registraron lluvias. Justo en ese momento, la borrasca tocó tierra y, con ella, los truenos y relámpagos. Entró en la Isla por la comarca Oeste, aunque también es cierto que en el Norte se hizo presente (a lo lejos) el aparato eléctrico. Precipitaciones abundantes en poco espacio de tiempo. Tuvo su mayor incidencia en la avenida principal de Tazacorte, que incluso llegó a inundarse.

El viento del Sur hizo acto de presencia en Santa Cruz de La Palma. No fue durante mucho tiempo, pero sí lo justo, con rachas de hasta 50 nudos, para que el crucero "Aidablu" optara por no atracar en el puerto. También se contabilizaron retrasos y alguna cancelación de vuelos interinsulares. Por lo demás, charcos en plazas y caminos. De aquellos que antaño se cruzaban con las botas de agua puestas.

En realidad, los principales problemas se registraron exactamente en los mismos lugares donde viene siendo habitual durante las últimas lluvias por escorrentías en los barrancos. Y, para qué engañarse, no es solo una cuestión meteorológica. Tras el último incendio no se han realizado las obras adecuadas, al menos no las suficientes, para proteger las propiedades de los vecinos y el agua baja ahora por donde nunca antes había bajado. A propósito, por la zona de Jedey, en Los Llanos de Aridane, los vecinos tuvieron que volver a poner sacos de arena, también bloques, para que la riada por el barranco de los Hombres no descendiera hacia sus viviendas.

El Remo volvió a quedarse aislado al cruzar las aguas un tramo de la única vía de acceso al barrio, lo que obligó a la intervención de operarios para cuando acabaron las escorrentías llevar a cabo tareas de limpieza y poder reabrirla... Sus vecinos ya deben estar acostumbrados. Y también un poco (o muy) hartos. A la vez, el equipo de mantenimiento de carreteras de la institución insular actuaba en puntos de la vía del Sur para retirar la tierra que arrastraba el agua sobre la calzada, lo que en verdad se produce con cada llovizna. Se sumaron pequeños desprendimientos en el barranco de Las Angustias.

Al mediodía, la lluvia no superaba los dos litros por metro cuadrado en ningún municipio. En la mayoría, en realidad, ni estaba lloviendo. O, a lo sumo, un ligero chubasco. El acumulado en ese momento del día sí era cercano a los 40 litros en la comarca suroeste, según los datos del servicio HDMeteo de la institución insular. Eso, un día de invierno como otro cualquiera.

Durante el transcurrir de la tarde y hasta el cierre de esta edición, los cambios meteorológicos fueron más bien escasos. Tal vez destacar que el viento "subió" especialmente en las zonas altas, con rachas de hasta 140 kilómetros por hora en el Pico de la Cruz, a 10 kilómetros del Roque. Se contabilizaron daños en la agricultura. La lluvia fue más intensa en el Este. En el resto, las precipitaciones se contabilizaban por gotas. Unas aquí, algunas allí. Y se hizo de noche...

La borrasca entró por el Oeste

Antes de que amaneciera, la entrada de la borrasca provocó una fuerte lluvia que inundó la avenida principal de Tazacorte (foto superior). En Jedey, Los Llanos de Aridane, los vecinos colocaron sacos de arena, también bloques, para intentar que las escorrentías no afectaran a sus viviendas.