Un arquitecto técnico del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma advirtió en 2003 que el muro que separa el cementerio municipal del colegio público Anselmo Pérez de Brito (APB) necesitaba de una intervención para evitar su deterioro, un aviso al que nunca se le prestó la atención necesaria.

Doce años después, se ha tenido que cerrar el acceso a unos 300 nichos, donde ni tan siquiera los familiares de los fallecidos pueden acercarce, tras caer piedras y ante el riesgo de desplome del muro de contención, de 82 metros de largo y una altura que oscila entre los 8 y los 4,5 metros, lo que además impide a los alumnos del centro educativo APB la utilización de la cancha donde realizaban educación física y disfrutan del recreo.

El ayuntamiento encargó en noviembre al mismo técnico que realizara una visita al lugar y emitiera un informe sobre lo que allí estaba ocurriendo. Además, la corporación volvió a pedir a otro de sus arquitectos que evaluara la situación, lo que hizo el día 30. Se plasmó parte de lo que ya se observó en 2003 pero agravado por el paso de los años sin que se actuara.

A propósito, se señala que la pared "no reúne las garantías de seguridad exigidas para asegurar la estabilidad de la cancha deportiva del colegio", subrayando la posibilidad "de producirse un colapso y desmoronamiento a una parte del cementerio, con grave peligro para las personas que lo frecuentan para el mantenimiento y embellecimiento de las tumbas de los difuntos".

Uno de los informes se acompaña de una imágenes donde se muestra claramente los desperfectos en la construcción, resaltando que "el muro en su parte de mayor altura se encuentra al borde del colapso", recomendando los cierres de acceso que se han llevado a efecto. El arquitecto va un poco más allá hasta mostrarse contundente: "Resulta inadmisible que se haya ejecutado un muro de mampostería en seco con rocas inadecuadas y que luego haya sido forrado con un revestimiento de hormigón cuyo objeto principal haya sido darle apariencia de un muro de hormigón en masa".

El técnico entiende que el ayuntamiento debería "ordenar a la Consejería de Educación las obras de sustitución del muro por otro elemento constructivo que resuelva de la forma más eficiente posible el problema". Además, se acompaña al nuevo informe, quizás para que los mandatarios municipales lo recordaran, el que ya se hizo en 2003.

Por último, apuntar que la comunidad educativa del Anselmo Pérez de Brito fue consciente del peligro que podían correr sus alumnos antes incluso de que el ayuntamiento tomara cualquier medidas, acordando en asamblea no usar el espacio ahora delimitado.