Francisco Gaudó, médico especialista en Hidrología Médica, miembro de la Real Academia de Medicina de Zaragoza e ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, avisa de que el 10% del agua de la Fuente Santa pertenece a los vecinos de Fuencaliente, que pueden solicitar su aprovechamiento desde que las instituciones públicas dispongan de las autorizaciones para la construcción de un balneario.

Gaudó, que ha sido uno de los expertos que defienden el aprovechamiento con celeridad del manantial, participando en actos organizados por los empresarios palmeros, asegura que estas aguas están declaradas "de utilidad pública" y los balnearios se rigen "por una ley de 1928", firmada por Primo de Rivera y que no ha sido modificada pese al tiempo transcurrido desde su aprobación, en la que "se aclara que el 10% del agua es para los vecinos" de la localidad en la que se ubica el recurso, población que "tiene derecho a solicitar su utilización". Este derecho se comienza a aplicar, en principio, no antes de que se autorice el balneario.

El médico e ingeniero no entiende el debate que ahora existe entre una parte de los políticos y la patronal sobre utilización o no de las aguas de la Fuente Santa fuera de la galería, en concreto en los spa de las instalaciones hoteleras, ya que a su juicio lo que se debería hacer es "trabajar todos juntos en un proyecto para que un recurso valioso esté al servicio de la economía de La Palma y, también, de la atención de los enfermos que lo necesitan. Al final, los beneficios serán para la Isla".

Soler: "El agua se la llevaban en garrafas"

Carlos Soler, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, y artífice del proyecto de la obra de ingeniería para desentullar la Fuente Santa, recuerda que la galería estuvo abierta "entre octubre de 2005 (habla de memoria) y el verano de 2006. Fue justo después de acabar la obra cuando se decidió que las personas que estuvieran interesadas pudieran visitarla". En aquel tiempo, "pasaron por la Fuente Santa más de 5.000 personas". Afirma que "había dos clases de visitantes: los que estaban interesados en la galería y también en la historia del manantial, y los que venían claramente a buscar agua". Asegura que "los que se llevaban el agua y la probaban venían en busca de más. Se la llevaban en garrafas. Contaban que la utilizaban para problemas de la piel, contra el acné e incluso por problemas de varices". Reconoce que en aquellos meses "no se puso ninguna objeción a que la gente se llevara agua". La Fuente Santa se abre de nuevo a las visitas.