La Fuente Santa guarda sus equipos de control en una habitación construida justo a la entrada a la galería. El Día visitó el lugar y pudo comprobar la nueva tecnología que se está aplicando para conocer tanto la temperatura de las aguas de las charcas como el nivel de llenado, sin necesidad incluso de desplazarse al lugar. Eso sí, siempre que todo funcione correctamente y no existan, por ejemplo, termómetros desregulados. A propósito, destacar que todos los informes emitidos durante los últimos años por el Consejo Insular de Aguas, dependiente del Cabildo de La Palma, y que maneja el gobierno insular, sobre las aguas de las cinco charcas declaradas como termales, son contrarios a las manifestaciones del profesor Carlos Soler. En estos estudios se dice que las aguas mantienen su temperatura y, por tanto, sus propiedades.