La ponencia de estatutos y estrategia política debatida el pasado fin de semana en el seno de Coalición Canaria, en el marco de su V Congreso Insular, sirvió para demostrar dos cosas: una, que el partido está dividido a la hora de plantear su futuro, y dos, que Antonio Castro sigue, a sus 66 años, mandando.

El mensaje oficialista habla de unidad de criterio y del mayor poder que tendrán los comités locales. Poca cosa para lo que allí ocurrió. Lo cierto es que a estas alturas, a los nacionalistas no les resulta sencillo enmascarar las diferencias planteadas en el seno de la ponencia política expuesta en Tijarafe, que se prolongó durante más de siete horas, al debatir la conveniencia de amenazar o no públicamente al PSC por mantener los pactos de gobierno en los ayuntamientos con el PP, un reto que al final fue aprobado por la mayoría.

Con Antonio Castro como guía que todo lo "ilumina" y el apoyo incondicional, sí o sí, de Juan Ramón Hernández y el comité local de Los Llanos de Aridane, los asistentes, al menos la mayor parte, aprobaron avisar a los socialistas de que no pueden soportar durante más tiempo sus "flagrantes incumplimientos", como los calificó su secretario de Organización y Comunicación, Marcos Lorenzo, por lo que de mantener su postura "revisaremos nuestros acuerdos con el PSC".

Lorenzo desconoce hasta dónde puede tensar la cuerda su partido, es decir, qué medidas tomará su formación política y cuánto tiempo dejará pasar para hacerlo si los socialistas, como sería lógico, ni tan siquiera se dan por aludidos. ¿Llegarán a cesar a los consejeros del PSC en el Cabildo de La Palma?, ¿abandonarán el Gobierno de Canarias? El secretario de Organización dice que "las consecuencias las tendrá que valorar la nueva ejecutiva. El congreso, si la ponencia se ratifica el próximo domingo, lo que hará será dar un mandato para reclamar al PSC que reconduzca la situación con el Partido Popular".

El debate fue profundo. Los comités locales de Barlovento, San Andrés y Sauces, Breña Alta y una parte de "peso" de Santa Cruz de La Palma creen que lo principal es seguir trabajando junto al Partido Socialista (se entiende que en el Cabildo) para encontrar soluciones a los problemas de los ciudadanos, "ese es el objetivo básico", y reducir el debate de los pactos a un ámbito más "privado", sin amenazas ni retos públicos. A todos los nacionalistas les une una cosa: recuperar los ayuntamientos. La diferencia, que no es poca, radica en cómo intentar lograrlo.

El frente "opositor" no está compuesto por militantes de base o gente que pasó por "allí". Al contrario, los diputados José Luis Perestelo y Rosa Pulido o los consejeros insulares César Martín y Maeve Sanjuán pertenecen a ese grupo que no entienden el porqué ahora del pulso a los socialistas. Y es que aunque Antonio Castro siga mandando y sea reelegido, sin duda el próximo domingo, cada vez son más las manos capaces de levantarse para, al menos, discrepar, salvo algunos comités que opinan siempre en bloque.