Necesita 9.500 euros para pagar a sus empleados y mantener abierto su negocio, acude a su banco habitual en busca de un crédito y acaba pagando 190 euros de comisión de apertura y otros 30 de gastos de estudio y documentación, además de verse en la obligación, si quiere cerrar el acuerdo, de contratar un seguro de vida con una prima anual de 932 euros, es decir, tuvo que abonar más del 12% de lo que al final logró que le concedieran, a un tipo de interés del 9% y con un año de vigencia.

Es la historia de un empresario reconocido de La Palma, que prefiere quedarse en el anonimato por razones obvias, aunque presenta todo tipo de documentación para demostrar que el abuso al que dice sentirse sometido es absolutamente real. "Tenía que renovar la póliza y se aprovecharon de que mi situación, al igual que ocurre con la mayoría de los empresarios, no es boyante. Necesitaba el dinero y no podía negarme a lo que me exigían, aunque sabía que me estaban estafando", afirma. La cuenta de crédito de reducción, como la denomina la entidad bancaria al préstamo, se paga a razón de 1.500 euros cada tres meses.

En la "letra pequeña" del contrato de la operación se hace mención a que para obtener el crédito "no se tiene que tomar una póliza de seguro que lo garantice ni cualquier otro servicio ordinario". Sin embargo, la empresa crediticia impone el seguro de vida a través de una aseguradora que curiosamente también es, al menos en parte, de su propiedad. "Cuando fui a la oficina de mi banco, una de las primeras cosas que hicieron fue ponerme sobre la mesa el seguro de vida y me dejaron claro que si quería el préstamo tenía que firmarlo. Les dije que ya tenía uno y me respondieron que así tendría dos. ¿Qué podía hacer?".

En el propio seguro se dice, sin embargo, que "el presente contrato no está vinculado a ningún tipo de préstamo", todo lo contrario "a lo que me dijeron en la oficina". Además, los capitales o riesgos garantizados superan con creces los 9.500 euros solicitados, hasta alcanzar los 90.000 por fallecimiento accidental o llegar a los 30.000 por enfermedades graves, lo que hace que la prima a pagar por el tomador aumente de manera considerable.

Lo curioso es que el empresario palmero se muestra molesto pero no está sorprendido por las exigencias del banco o caja, ya que "para una anterior póliza de 15.000 euros me hicieron comprar 2.000 euros en acciones y hacer con ellos el seguro para mi coche", operaciones que nunca se reflejaron en la documentación ligadas directa o indirectamente a la concesión de los préstamos para no cometer lo que se puede entender como cláusula fraudulenta.

En las condiciones del préstamo que fue firmado hace apenas una semana, con destino a un comercio al por menor, también se afirma que para registrar a la vez las operaciones de pago y de disposición del crédito "no es necesario la apertura o el mantenimiento de una cuenta" en la misma entidad. La realidad es otra. "Si no tienes una cuenta con ellos, ¿qué dinero te van a dar?, ninguno. Cualquier empresario puede contar la realidad actual de la relación con su banco. Antes te llamaban para darte dinero a menos de la mitad de interés, casi te lo regalaban, y ahora, por el contrario, si logras que te lo den, que ya es muy difícil, tienes que permitir ciertos abusos".