Las 42 viviendas municipales que se construyen en la zona de Timibucar, en Santa Cruz de La Palma, como reposición del albergue y de casas sociales de Mirca están acabadas desde hace ya cinco meses, aunque todavía no han sido entregadas a sus inquilinos por cuestiones burocráticas, a lo que se suma la deuda de casi dos millones de euros que mantienen las instituciones responsables de la obra con la empresa adjudicataria de los trabajos, Ferrovial Agroman.

Las certificaciones finales de obra, tal y como pudo conocer EL DÍA, datan de finales de agosto y están firmadas tanto por el director de la actuación y, a su vez, redactor del proyecto, el arquitecto Ángel Caro, como por los representantes de la empresa adjudicataria. La obra todavía no ha sido recibida por el ayuntamiento, por lo que en el edificio se encuentra desde hace meses y hasta que haya un acuerdo entre las partes un único trabajador de Ferrovial Agroman que se encarga de las tareas de vigilancia, airear los pisos y atender cualquier situación de emergencia que se pueda producir en la nueva promoción.

La deuda con la empresa está repartida entre el Estado, el Gobierno de Canarias y el propio ayuntamiento, que firmaron un acuerdo para cofinanciar las viviendas. Entre el Gobierno central, que aún tiene que aportar unos 800.000 euros, y Ejecutivo canario suman algo más de un millón de euros, mientras que el resto debe salir de las arcas locales. Aún así, Ferrovial Agroman está dando todo tipo de facilidades para el cobro de lo que le pertenece e incluso ha llegado recientemente a un principio de acuerdo con el ayuntamiento.

Estudio social.- Una de las causas de que todavía no se hayan entregado las viviendas es que ni tan siquiera existe un estudio social de sus adjudicatarios. Se conocen desde el principio las familias que irán a los nuevos pisos, al ser una promoción de reposición, pero nada se ha hecho para evaluar su situación y, con ello, establecer los alquileres que cada una de ellas tiene la obligación de pagar a las arcas municipales, una responsabilidad que, en este caso, es compartida entre el ayuntamiento y Visocan.

Por el camino, a los vecinos nunca se les dijo toda la verdad. Es más, se les mintió. En un primer momento les prometieron viviendas de tres habitaciones, pero solo tienen dos. E incluso se dijo que el alquiler sería similar a lo que ahora pagan, lo que tampoco se ajustará a la realidad. Se les "vendió" que prácticamente sería dejar las llaves de sus ruinosas, en algunos casos, viviendas y recoger las de sus pisos nuevos, cuando la realidad es que están sufriendo un proceso burocrático al que nunca pensaron enfrentarse.

Casas derruidas.- Otra situación compleja sin solucionar es la negativa de algunas personas a aceptar sus nuevos alojamientos. Hay familias de Mirca que siguen manteniéndose firmes en su idea de quedarse en sus viviendas, lo que, por otro lado, no será posible. Al menos el convenio firmado con el Estado para reposición deja claro que las construcciones afectadas deben ser derruidas. Lo que ocurre es que hay casas en Mirca en buen estado, al contrario de lo que ocurre con el albergue, y que además son más grandes y adaptadas a las necesidades de las familias que las ocupan.

La promesa de hacer otra promoción en Mirca desde que haya disponibilidad económica no satisface a todos los que dudan en bajar a Timibucar.

Disputas políticas.- Mientras tanto, la oposición y el grupo de gobierno muestran sus discrepancias con respecto a todo lo ocurrido en torno a estas viviendas. Coalición Canaria dice desde la oposición que el gobierno está "desinformando" a los vecinos, a los que "no aclaran las múltiples dudas que tienen", indicando que "a día de hoy los que van a ocupar sus nuevas viviendas todavía no saben si son de alquiler o compraventa ni cuánto tendrán que pagar".

Mientras, desde el grupo de gobierno se dice que "la desinformación y el doble lenguaje han sido una tónica con la que se han encontrado los vecinos desde hace muchos años" y desde el ayuntamiento "queremos poner fin a esta situación", haciendo hincapié en que a principios de esta semana "los vecinos afectados podrán visitar el nuevo edificio de la calle Galguén para conocer las condiciones de sus nuevos hogares".