La Hoya del Rehielo, en la zona más montañosa de Breña Baja, siempre ha sido un lugar privilegiado para la observación de las estrellas. Sin embargo, la primera apuesta fue el diseño de un área recreativa. Se aprovechó dinero europeo para hacer diferentes construcciones y tratar de vender este "espacio" como un lugar de acampada y descanso ideal para palmeros y visitantes. La idea fue un desastre.

En principio iba a ser un lugar de ocio en un lugar privilegiado como el parque natural de Cumbre Vieja, dotado de una zona de tiendas de campaña, área de caravanas, aparcamientos, servicios, cocinas y aparatos de juegos. De lo proyectado, no queda casi nada. Seguramente, nunca existió, aunque se invirtieron, al menos se destinaron, cerca de 20 millones de las antiguas pesetas (unos 120.000 de los actuales euros), gracias a una subvención concedida al Cabildo Insular por la Asociación para el Desarrollo Rural de la Isla de La Palma a través de la iniciativa comunitaria Leader II, entre 1996 y 2001.

Una década más tarde, ya en el 2011, una visita a la zona, tras ascender por la carretera de San Isidro y entrar por una pequeña pista de tierra, con una cadena a la entrada tirada en el suelo, deja al descubierto cuatro o cinco edificaciones cerradas a cal y canto, con cristales rotos, fogones inutilizados, griferías arrancadas y un pequeño habitáculo de recepción convertido en trastero, además de un terreno erosionado por las lluvias. El abandono, la falta de vigilancia y también el vandalismo, la falta de consideración por las propiedades públicas, de todos, te "hielan" el alma.

Pese a que la zona recreativa está maltratada, con miles de euros desperdiciados, la Hoya del Rehielo mantiene su encanto. El espacio natural sigue siendo muy atractivo y, además, atrayente para negocios de turismo alternativo, claramente diferenciado al sol y la playa. En el último pleno de Breña Baja se expuso la necesidad de su desarrollo o, más concretamente, la marcha del proyecto que la empresa italiana Acropark está diseñando, tal y como EL DÍA adelantó a principios de noviembre, y que básicamente consiste en desarrollar en un espacio de 15.000 metros cuadrados un parque acrobático con cables de acero, tirolinas, puentes colgantes y tibetanos, escaleras, redes y lianas, entre otras atracciones, aprovechando los pinos de la zona para crear recorridos de diferentes grados de dificultad y con una duración de entre 45 y 90 minutos.

En la sesión plenaria se habló además de las conversaciones mantenidas con responsables de la empresa palmera Astrotur para el posible aprovechamiento de la zona para el turismo de estrellas, con la instalación, entre otros elementos, de un telescopio para aficionados a la astronomía. No estaría ubicado concretamente en el espectacular rellano de la Hoya del Rehielo, sino en un espacio cercano.

En el seno municipal se habló de apostar por "un turismo activo" que además "de dar beneficios a empresas privadas aprovechando espacios públicos", a través de concesiones administrativas, se logre "crear puestos de trabajo". Otra cosa será que lo que se planifique salga adelante para evitar otra actuación que acabe siendo vergonzante.