Colgaron sus "caras" de las farolas, cubrieron su pueblo de carteles, hablaban, prometían... eran las primeras semanas de mayo de 2007. Por aquel entonces, a las puertas de unas elecciones municipales que se presentaban apasionantes, algunos políticos expresaban abiertamente su interés por regresar a la poltrona, mientras otros, más jóvenes, con menor historial, trataban de convencer a sus vecinos de la necesidad de un cambio...

Hace apenas tres años. No es tanto tiempo, o quizás sí. Sea como sea, lo cierto es que muchos de aquellos políticos o aspirantes a serlo, cabezas de lista en busca de alcaldías, nunca soportaron la soledad de la oposición. La ingratitud de las sillas sin poder. Unos se mantienen en los ayuntamientos sin alzar la voz, sin un comunicado público, sin señales de que están "vivos", mientras otros, incluso, decidieron arrojar la toalla, dimitir de su acta de concejal, para no soportar cuatro años de penumbra.

Aquel 2007 acabó con la carrera política de dos "veteranos". Argelio Hernández trató de recuperar la Alcaldía de Barlovento, que casi había sido su casa antes de irse del PSC. Bajo las siglas de INPA, su pueblo le dio la espalda. Sacó un concejal, él, y dimitió de forma fulgurante. Circunstancias similares fueron las que vivió Antonio Rodríguez en Puntagorda. Gobernó cuando era socialista, pero en las últimas elecciones fracasó al intentar volver al poder, en este caso bajo el "paraguas" del PP (¡vaya cambio!). Ni tan siquiera entró en el ayuntamiento.

Otros cabezas de lista tampoco han sabido sobrevivir en la oposición. ¿Quién se acuerda de la cara de María José García? Fue candidata por INPA en Breña Alta y sorprendió al salir electa. Era, para un partido modesto, un gran resultado. Aún así, se fue "apagando" con el transcurrir de los meses y ya hace bastante tiempo que ni tan siquiera acude a los plenos. También es difícil recordar a Antonio Rodríguez, candidato de Coalición Canaria en Puntagorda, al que no se le conocen iniciativas ni apariciones públicas, mientras que Carlos González Mata, el candidato nacionalista a la Alcaldía de Breña Alta se fue cuando vio que había perdido. "Soy alcalde o dimito", pareció pensar. Y dimitió, aunque, en este caso, para irse al Gobierno de Canarias.

El vicepresidente insular de Coalición Canaria y diputado nacional, José Luis Perestelo, que se fue del cargo cuando era presidente del Cabildo Insular, es el caso contrario, irse gobernando, entiende que "el compromiso en la oposición debe ser aún mayor. Si por no ganar, por perder en las urnas, abandonas, sin ningún otro criterio ni motivo, el compromiso con los ciudadanos no sería cierto. Hay que ocupar con dignidad el puesto en el que te colocan los ciudadanos. Yo nunca me fui desde la oposición, en la que se puede trabajar y mucho en favor de un municipio".

No va a los plenos.- Luis Lorenzo, del Partido Popular, fue otro de los que intentó llegar a la Alcaldía. De derecha convencido, se presentó en San Andrés y Sauces. Sacó sólo su acta de concejal y pasó al olvido. Ni tan siquiera acude a los plenos y, además, la dirección insular ya le tiene buscada una sustituta. El "varapalo" de 2007 para los populares también se reflejó en Villa de Mazo, donde su cabeza de lista, José Ramón Rodríguez, dimitió al poco tiempo de las elecciones. Sacó un concejal, no pudo con Francisco González "Fanfi", y tiró la toalla. Entró Juan Roberto Méndez, que también "vive" en la sombra.

El presidente del PP en La Palma, Asier Antona, tiene claro que "nosotros, los políticos, tenemos que tener un respeto escrupuloso a la decisión de los ciudadanos. El pueblo es soberano y unas veces nos pone en el gobierno y otras, en la oposición. Es verdad que todo partido político aspira a estar en el gobierno para tratar de cambiar las cosas desde su óptica, pero en la oposición hay muchísimo trabajo que hacer", aunque advierte de que "en los municipios pequeños, existe una falta mayor de compromiso estando en la oposición que estando en el gobierno".

Juan Ramón Hernández, en Los Llanos, fue el único en irse tras ganar con mayoría absoluta. Lo hizo para asumir la Consejería de Infraestructuras del Gobierno de Canarias. Una "táctica" de los partidos para dar el testigo a un "segundo" (Marín) con capacidad para liderar. En el mismo ayuntamiento llanense, INPA se quedó sin su "jefe", José Manuel Pérez Castro, un político tan querido como carismático que perdió la vida tras sufrir un infarto.

Peñate, ¿a CC?.- Tampoco aguantó Vicente Peñate en Garafía. El "hombre" de UVG no pudo desbancar a Abilio Reyes, su rival de toda la "vida", de la Alcaldía y acabó dejando el ayuntamiento. Tras tres años en la sombra, cuando parecía que su carrera política había llegado a su fin, es posible, para sorpresa colectiva, que se incorpore a CC como jefe de filas. Los socialistas Adolfo Pulido en Tazacorte, que después de ser cabeza de lista en 2007 está en el anonimato para dar salida a la diputada Carmen Acosta; y Antonio González en Breña Baja, del que no se conoce iniciativa alguna, al menos que haya llegado a los medios, tampoco parecen haber llevado bien el "frío" de la oposición.

José Adrián Hernández, alcalde de Puntallana y consejero del Partido Socialista en el Cabildo Insular, tiene claro que "en el gobierno estás gestionando cosas que se ven en el municipio, mientras que en la oposición te queda fiscalizar al gobierno y presentar iniciativas a través de mociones. Son trabajos distintos, aunque la oposición es una parte fundamental en todo sistema democrático", recordando que "yo estuve doce años en la oposición, ocho años como concejal y cuatro como portavoz, y nunca me aburrí. Lo importante es respetar el lugar donde te ponen los ciudadanos, que son los que deciden".

Tras aquellos comicios, tampoco se supo nada más de Lorenzo Lorenzo, ¿alguien lo recuerda?, el candidato del Partido Popular al Ayuntamiento de Tijarafe; o de José Castro, que tras ser alcalde perdió las elecciones y decidió, al menos para la opinión pública, dar un paso a un lado.

En el fondo, aunque no salga de la boca de ningún político, hay una diferencia muy importante, tanto como cualquier otra, entre gobernar y aguantar el "frío" de la oposición: el dinero.