La estabilidad de la Casa Cuartel de la Guardia Civil de Los Llanos de Aridane está en peligro por la debilidad detectada en su estructura. Así lo aseguran en el departamento técnico de Obras del Ayuntamiento llanense tras la realización de catas en los pilares y paredes de la edificación, con motivo de diversas obras de mantenimiento realizadas, en las que se detectó aluminosis y la degradación del hierro de los pilares que sostienen el viejo inmueble, entre otros graves defectos.

La administración local de Los Llanos, propietaria del edificio construido entre 1941 y 1951 (año en el que se puso a disposición del cuerpo), lleva advirtiendo del mal estado del mismo desde hace mucho tiempo. No en vano es conocida la reclamación existente para que se construya una nueva Casa Cuartel en la ciudad, un proyecto bloqueado en su momento por las trabas administrativas habidas entre Estado y ayuntamiento, que llegó a contar con una pequeña partida para financiarlo en el presupuesto estatal (2008) y que desapareció por la tardanza del consistorio en ceder el suelo necesario para ejecutarlo.

Pero el tiempo no entiende de burocracia. Según pasan los años, la degradación del edificio se ha agudizado, hasta el punto de que cada vez son más frecuentes las intervenciones de los operarios del consistorio para mantener un mínimo de condiciones de uso para el desarrollo del trabajo de protección de los ciudadanos de toda la Comarca Oeste de la Isla que realizan los más de 30 agentes de este puesto de la Guardia Civil.

La aluminosis, una patología del hormigón que se manifiesta especialmente en las viguetas de los forjados de los edificios haciendo que el hormigón pierde sus propiedades de resistencia, ha puesto en peligro la estabilidad del edificio y eso no se puede arreglar con parches (pintura, masa y otros acabados) que tapan a la vista la escasa seguridad y la poca consistencia real de la Casa Cuartel.

"Vestirla de seda".- Esta instalación pública, que fue alquilada por la Dirección General de la Guardia Civil al ridículo precio de 700 de las antiguas pesetas (unos cuatro euros) al mes (aún se paga esa cantidad), está mucho más débil de lo que se aprecia a simple vista. El daño que sufre la estructura de la Casa Cuartel se refleja con claridad en algunos puntos del edificio, sobre todo cuando los operarios municipales tardan algo más de lo normal en acudir a la Casa Cuartel para, como lo califican en el área de Obras, "vestir a la mona de seda".

El listado de intervenciones y arreglos realizados por el ayuntamiento, con miles de euros gastados, es interminable: refuerzos de la estructura por inestabilidad, consolidación de pilares y paredes, adecuación de columnas en el patio interior, reposición de cemento defectuoso, impermeabilización de la cubierta, arreglo de baños, limpieza de fosa séptica, reposición de alumbrado interior y exterior, cableado informático, mantenimiento de jardines, pintado del inmueble y reposición de asfalto exterior.

Otras viviendas.- No pasa un año sin que los operarios de Obras del Consistorio llanense dediquen unos meses a "parchear" desperfectos en la Casa Cuartel, incluso hasta el punto de haber reconvertido o adaptado alguna vivienda interior, de las que ya no usan los agentes porque se niegan a vivir en este edificio, para transformarla en oficinas y vestuarios.

Y es que además, la Administración de Los Llanos ha tenido que rehabilitar un inmueble diferente en la avenida Enrique Mederos de la ciudad, que también ha sido cedido a la Guardia Civil, con el objetivo de que pueda servir de residencia para algún agente. Otros, los que más, se ven obligados a pagarse su piso independiente por la imposibilidad de "hospedarse" en la Casa Cuartel.

"Condiciones "infrahumanas"

No hace mucho tiempo que el alcalde de Los Llanos de Aridane, Juan Ramón Rodríguez Marín, llegó a calificar de "infrahumano" el estado en el que están viviendo los pocos agentes que sí se quedan en la Casa Cuartel de la Guardia Civil. En declaraciones realizadas a EL DÍA, afirmó que el ayuntamiento se estaba viendo obligado a atender las llamadas de "auxilio" de los propios guardias civiles para solventar constantes daños y desperfectos en este edificio, "porque cuando llaman a Madrid les dicen que no hay dinero para arreglos". Sin embargo, las intervenciones puntuales del ayuntamiento, con una inversión de miles de euros, no evitan que a nivel estructural, la edificación se encuentre en estado "ruinoso", por lo que se sigue reclamando, por ahora sin mucha efectividad, que se construya lo antes posible un nuevo acuartelamiento para la Benemérita, a fin de poder demoler el edificio.