Un mes después, algo más, de que los viñedos de Fuencaliente ardieran hasta decir basta, 32 días más tarde de que también se vieran afectadas, en menor medida, zonas de plataneras y frutales, ahora que ya no huele a quemado ni aprieta el calor de agosto, la consejera regional de Agricultura, Pilar Merino, llegó a la Isla para ver la zona afectada. Para conocer, de primera mano, las preocupaciones de aquellos, de los mismos, que la semana pasada la habían incluso acusado de "falta de sensibilidad" por ni tan siquiera llamar por teléfono a los viticultores para preocuparse por su situación después de haberlo perdido todo.

Lo primero que hizo la consejera fue reunirse con Guadalupe González Taño, la presidenta del Cabildo, quien le habló de lo ocurrido y le entregó por escrito un estudio perfectamente detallado sobre los daños del fuego en cultivos e infraestructuras agrícolas, que se estima asciendan a 1,8 millones de euros.

"Se lo hemos dado a la Consejería para que pueda sacar su orden de subvenciones. Nosotros ya tenemos evaluados todos los daños, con fichas elaboradas para que los agricultores puedan recibir cuanto antes las ayudas porque queremos que las personas que hayan perdido su cosecha puedan reanudar cuanto antes su vida como agricultores. Ahora son ellos (Agricultura) los que tienen que sacar la orden y nosotros colaborar en todo lo posible", argumentó la rectora de la Institución Insular, quien antes agradeció, como es lógico, la visita de la consejera, a la que acompañó por los municipios afectados.

Sinceridad.- Mientras, Pilar Merino fue, eso sí, sincera y no escondió, tanto a los medios como a alguno de los políticos que visitó, que "debería haber venido antes" para conocer los daños del incendio, aunque recordó que directores generales de su departamento sí se habían desplazado con anterioridad a las zonas afectadas. La consejera dijo que la orden para las ayudas, que se fundamentará en el informe del Cabildo, se tramitará "con carácter de urgencia" con el objetivo de "evitar que se pierda un solo metro de cultivo". Es más, calificó al sector vitivinícola, aquel que últimamente tanto la critica en La Palma, como "estratégico" para Canarias.

No paga cosecha sin asegurar.- En la reunión celebrada en Fuencaliente quedó al descubierto que el Gobierno de Canarias sí pagará, con auxilios económicos, la reposición de la vid afectada o de las infraestructuras, pero sólo subvencionará por la pérdida de la cosecha a los que la tenían asegurada; es decir, apenas el 30% de los agricultores afectados, mientras que el resto, el 70 por ciento, no recibirá, si es que alguien no busca otra fórmula legal, ni un euro por la uva, miles de kilogramos, quemada. Bajo esos parámetros, será complicado, muy difícil, que no se pierda "ni un metro de cultivo", como propuso la propia consejera.

Quizás por ello, Pilar Merino, o más bien en la nota de prensa remitida desde su departamento, insiste tanto en la necesidad de que "los productores tengan aseguradas sus cosechas, por lo que desde ahora se va a promocionar el seguro de una forma más insistente si cabe".