Los pescadores respetan, no les cabe otra, la prohibición de faenar dentro de la reserva marina ubicada en Fuencaliente, pero fuera de sus límites, donde los animales ya no tienen protección, se abre la veda, según se desprende de un minucioso informe técnico de la Reserva de la Biosfera sobre la recuperación de los fondos marinos en este espacio.

En este estudio, para cuya elaboración se han necesitado de unas 120 inmersiones hasta 50 metros de profundidad, se advierte de que en los límites exteriores de la reserva marina "se ejerce una fuerte presión pesquera", y además de las artes de anzuelo "se utilizan trampas (nasas y tambores) y redes (trasmallos)". Coinciden además, tanto al sur como al norte de este espacio protegido, "dos zonas habilitadas para la pesca deportiva con fusil".

En el informe técnico, realizado por técnicos de la Biosfera, de la Universidad de La Laguna y de la Universidad de Palermo en Italia entre 2004 y 2008, se llega incluso a afirmar que numerosas artes de pesca "son caladas en los propios límites de la reserva marina, interfiriendo de esta forma en sus efectos positivos al exterior".

Blanquizales. La presión pesquera sobre los límites de la reserva tiene como reflejo más evidente que la vegetación no acaba de recuperarse, manteniéndose los temidos blanquizales, zonas sin vida, producto principalmente por la acción devastadora de los erizos, que se aprovechan de la captura de sus devoradores naturales, como son, por ejemplo, los peces "gallos", para extenderse.

Por el contrario, esta situación sí se ve alterada en el "corazón" de la propia reserva marina, donde es evidente la mejora del estado de conservación de las comunidades bentónicas, lo que se produce básicamente, aunque existen otros factores, por la recuperación de aquellas especies marinas que atacan y devoran a los erizos.

Soluciones. Teniendo en cuenta que las reservas marinas garantizan, según este estudio, la recuperación de fondos, la solución más drástica sería ampliar estas zonas protegidas por toda La Palma, lo que no es viable al poner en serio peligro, en tal caso, la pesca profesional. Para la coordinadora de la reserva marina, Tania Brito, una solución sería "proponer vedas y controlar las artes de pesca", mientras que para el gerente del Consorcio de la Reserva de la Biosfera, Antonio San Blas, lo que hace falta es gestionar adecuadamente los lugares de interés comunitario, en este caso una franja marina situada al Norte de la Isla, y el espacio entre la punta de El Guincho, en Fuencaliente, y la desembocadura del Barranco de Las Angustias, en Tazacorte.

San Blas no quiso valorar la localización, a través de las inmersiones realizadas para elaborar este estudio, de artes ilegales en los fondos de la Isla, tales como la ubicaciones de nasas a escasos metros de la costa, mientras que Tania Brito reconoció que con la excepción de la Reserva Marina, en el resto de la Isla los inspectores no se tiran al agua para comprobar si existen o no artes ilegales y, en el caso de localizarse, a quiénes pertenecen. "Nosotros sí nos tiramos al agua, pero tampoco es necesario para regular las artes de pesca", afirmó.