La economía de la eurozona retrocederá el 0,3% en 2013 y habrá de esperar hasta 2014 para que su PIB alcance un moderado 1,4%, en un entorno en que el alto nivel de desempleo está en el centro de las preocupaciones, afirmó ayer la Comisión Europea (CE).

"La situación actual se puede resumir así: datos decepcionantes del final del pasado año, algunos otros alentadores más recientemente y de creciente confianza de los inversores para el futuro", señaló el vicepresidente de la CE y responsable de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn.

El Ejecutivo comunitario presentó sus previsiones macroeconómicas para la Unión Europea (UE) y los diecisiete países que comparten el euro para 2013 y 2014, y para estos últimos avanzó un retroceso del crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,3%, dos décimas por debajo de las avanzadas en noviembre pasado, cuando vislumbraba el fin de la recesión para este ejercicio.

Los progresos llegarán en 2014 cuando la economía de la zona euro se sitúe en el 1,4%, según esos pronósticos, que para el conjunto de la UE se espera que el aumento del PIB sea del 0,1% este año y del 1,6% el siguiente.

"Las condiciones de los mercados financieros en la Unión Europea (UE) han mejorado de forma sustancial desde el pasado verano, pero la actividad económica fue decepcionante en la segunda mitad de 2012", indicaron los economistas de la CE, que resaltaron las difíciles condiciones de acceso a créditos y la "inaceptablemente alta" tasa de desempleo.

Sobre la evolución de los mercados laborales, Rehn apuntó a que la actual debilidad económica "aumentará el desempleo este año hasta el 11,1% en la UE y hasta el 12,2% en la zona euro", lo que situará en el paro a casi 20 millones de europeos, y con los niveles más altos para España (26,6%), Grecia (25,7%) e Irlanda (14,1 %).

La situación "del mercado laboral es una seria preocupación", admitió el director general de Economía y Finanzas de la CE, Marco Buti, en la introducción del documento, al tiempo que advirtió de "las graves consecuencias sociales" que la Unión tendrá que afrontar si el alto desempleo se convierte en estructural.

Los pronósticos de Rehn apuntan a que la lenta salida de la contracción viene impulsada por el sector exterior, a lo que se suma la relativa calma de los mercados financieros, en los que los riesgos se han reducido en especial sobre la deuda soberana y la situación de los bancos en los países más vulnerables.

La recuperación gradual de la confianza y la mejora registrada en la economía global se percibe entre los socios de diferente manera, y así se pronostica que en 2013 Francia permanecerá prácticamente estancada, con una evolución al alza del 0,1%, debido al aumento del desempleo, y con un repunte del 1,2% en 2014.

En el caso de Alemania, destaca que la ralentización económica se acentuó a finales de 2012.