A raíz del desplazamiento de fghanistán del presidente del Gobierno y del minis- tro de Defensa, con motivo de la última Navidad, en el séquito de informadores no figuró ningún miembro del equipo periodístico de Intereconomía. Hubo unas discretas líneas del director de "La Gaceta", José J. Esparza, acusando la discriminación. Más adelante, el presidente del grupo editorial, Julio riza, a toda página, lanzó una protesta amplia, con el título "Intereconomía y Rajoy". Nosotros no vamos a entrar en el fondo de la cuestión. riza, pocos días después, lo explicó en el programa televisivo "El gato al agua", a preguntas de sus participantes. Ha pasado ya tiempo. No creo que las espadas sigan el alto. Pero, independientemente de la inoportunidad de aquella ausencia de medios informativos en el viaje oficial, y salvo alguna causa especial de defensa, o producto de una ocurrencia de los ilustres fontaneros de Presidencia, la noticia quiero me sirva de respuesta a la preocupación general que hice constar en un artículo "Crisis económica y regeneracionismo institucional", redactado al día siguiente del día 20N, es decir, del resultado de las elecciones generales ganadas por el PP.

Nuestra óptica de la situación española respecto a las causas de la crisis económica es que, al tiempo de atender a ella de la mejor manera posible, debiera plantearse por el ejecutivo aquella regeneración por nosotros llamada "institucional", lo que se está demorando excesivamente. Siendo así que incluso expertos economistas, y no digamos de los procedente del pensamiento cristiano, lo están diciendo, y nosotros insistimos en la necesidad de ir "al tiempo" a plantear reformas y actitudes. Por de pronto, respecto de aquellas que fueron compromiso electoral y que esperan su turno (se dice). Por ejemplo, nueva ley del aborto; impugnación de las uniones calificadas como "matrimoniales"; clarificación del pacto antiterrorista; posición ante el incremento de la corrupción política y la unidad de España; reforma de la dministración, o el saneamiento de las empresas públicas.

De otro lado, nos gustaría ver a un ejecutivo que verdaderamente saneara la vida pública, y de ahí el riesgo de discriminación en las informaciones, como en el caso periodísticamente apuntado. O, como ya anticipamos, que las tasas judiciales fueran el resultado tras una reforma de la dministración de Justicia. No nos extraña que Jiménez de Parga califique las desviaciones de su justo camino a las autonomía con el título "El descarrilamiento autonómico" (28-12-2012). O el vacío en que caen las arengas de nuestro cardenal Rouco sobre que "los padres tienen derecho a que sus hijos sean educados en castellano", sin que las sentencias en tal sentido se cumplan.

La economía es importante. Tendrá salida. Pero al tiempo debe pensarse en que el Ejecutivo lleve a cabo, o nos dé síntomas de poder hacer frente a los supuestos antedichos, no exhaustivamente. Porque la prudencia gallega, dicen unos, o la pusilanimidad evangélica, dicen otros, nos está llevando a una pérdida de puntos en las encuestas respecto a los "populares". l tiempo, no vemos luz en la oposición.

*utor de "España en la encrucijada"