Desde que el naturalista inglés Charles Robert arwin (que estuvo a punto de recalar en Tenerife en su viaje de investigación, cuando su barco, el "Beagle" arribó a nuestras costas, en las que, para su pesar, no pudo desembarcar por el temor existente en la isla a un brote de cólera) empezó a entender y a desvelar los mecanismos que intervienen en la evolución, y desde que en concreto a los seres humanos se nos vinculó lamentablemente con los monos, con los que compartimos antepasados comunes -en el caso del chimpancé el 96% del AN-, nunca se había dado una precipitación de acontecimientos tan vertiginosos en cuanto a la obtención de ventajas comparativas por algunos miembros de la evolución humana.

Haciendo un poco de retrospectiva, al principio unos monos grandes se fueron bajando de los árboles y caminando. Los australopitecos. Apareció entonces el "Homo habilis", que ya hacia casitas, se organizaba y preparaba piedritas talladas hace unos dos millones y medio de años o más. El "Homo erectus" surgió después, hace un millón ochocientos mil años, con resultado en Europa del "Homo sapiens" neandertal y en África del "Homo sapiens sapiens", nosotros, que nos fuimos quedando a partir de ahí con todo desde hace unos doscientos mil años.

Pero es que la noticia saltó a la luz hace solo unos pocos días. Según los medios, se ha detectado la aparición, aunque existían desde hace décadas constataciones muy claras y alarmantes, de lo que es una nueva especie ventajista que incluso, dada su veloz expansión en los últimos tiempos, podría desplazar al "Homo sapiens sapiens". Algunos analistas proponen que la derivación sea conocida por "Homo sapiens Bárcenas"(H22), aunque también otros autores sugieren bautizarla como "Homo sapiens Urdanga"(H8); o más recientemente "Homo sapiens Mulas" (H0,3).

Hay muchas propuestas. Como condicionantes distintivos podríamos establecer que son especímenes con rostros muy duros, expertos en pelotazos, con grandes habilidades para el engaño y camuflaje. Cuentan con la capacidad de generar un incomprensible "efecto silencio" en ambientes cercanos o círculos, a los que parecen adormilar para que no denuncien. En especial esta nueva mutación se caracteriza por una habilidad fuera de lo común para manejar sobresueldos en negro y transmitir genes localizados en Suiza o en paraísos fiscales.

Lo peor es que nos están invadiendo por dentro, si no nos han contagiado ya. Me pregunto si ante lo que vemos y hemos visto anteriormente no somos ¡todos! potenciales corruptos o aspirantes a miembros de esta especie. Quizás se haya establecido la consigna de "mariquita el último". La economía sumergida puede ser la prueba del algodón si alguien concluye que todos los congéneres que tienen la oportunidad roban continuadamente y que eso es lo normal en el hábitat, con lo que si alguna vez cuenta con la opción evolucionará -si no atesora fuertes convicciones- desarrollando las nuevas habilidades

A mi entender, para defender al "Homo sapiens sapiens" no queda otra que combatir y tratar de exterminar a esta degeneración oportunista, y para ello hay que contar con todos los ciudadanos, los medios, los policías, los jueces, incluidos los políticos que no estén enfangados en prácticas indignas. El problema es que si uno de los políticos sanos -que estoy seguro de que son la mayoría- señala a uno de los infectados, estos segundos pueden disparar unas babas altamente venenosas, como son las sospechas, los empantanamientos, las coacciones y los falsos e interesados testimonios, extendiendo la caca con ventilador para arrastrarlos con ellos.

Aquí no queda otra que, en la humildad de aceptar que derivamos de una mutación determinada de un jodido mono, ser inflexibles con la corrupción aunque intentando diferenciar con sutilidad los grados e importancias para no caer en la hipocresía o en la injusticia. La cuchilla tiene que ser muy selectiva, con precisión quirúrgica en la extirpación de órganos. Si vamos a saco, el mal se retroalimentará y seguirá extendiéndose en metástasis.

Si es cierto que alguna vez nos tendremos que enfrentar a ellos a nivel global, no va a darse una guerra a escala mundial contra las máquinas, como describen las películas de Arnold Schwarzenegger.

Esta especie que ya se ha extendido gravemente por el planeta y que deposita sus huevos en los paraísos fiscales es la verdadera amenaza para el futuro. Es la que nos va a traer de cabeza en este siglo. Hay unos cuantos países en los que la corrupción es muy baja, los nórdicos, Canadá, Australia. Aprendamos de ellos.

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