Se nos van los jóvenes a buscar trabajo en el extranjero porque en Canarias solo hay paro que, encima, aumenta cada vez más, porque mientras las pocas fábricas que quedan están cerrando o disminuyendo su producción -como las que viven del campo y la agricultura y las que han montado industrias de pesca-, ni el Gobierno nacional ni el autonómico crean puestos de trabajo. El autonómico no crea ni nuevas industrias ni comercios que ofrezcan mejor consumo, ni iniciativas de nuevos y diferentes comercios que ofrezcan un más moderno consumo, aunque se copien métodos. Claro que, en este caso, los que fallan son los ministerios dirigidos por ineptos ministros que se pasan la vida pleiteando y acudiendo a las ganancias bolsilleras.

En lo que respecta a plazas de trabajo, no es seguro ni el funcionariado público, el de las corporaciones oficiales, siempre en peligro de la aplicación repentina de reparto presupuestarios, incluidos los sueldos que se acortan o se dejan de pagar, en especial los extraordinarios. Ni siquiera, como en otro tiempo, se fundan empresas sin ser sucursales de las de la península o del extranjero. Canarias, por este camino, dentro de poco tiempo se quedará con solo personas mayores para intervenir en los menesteres que representan los más diversos oficios, y los que persisten tienen que optar por las empresas que cubren trabajos de mayores dificultades, que no podrá ejercer cualquier sino el profesional debidamente preparado, como las basuras, derribos de construcciones y otras cosas que hay que estar muy preparados o poseer especial resistencia para soportar esas tareas.

El sindicato UGT acusa al presidente del Gobierno de Canarias de ser culpable de que treinta mil jóvenes hayan ya emigrado a diferentes países, pero si se quedan en Canarias terminarán comiendo en centros benéficos, y ahora tienen empleo y podrán pagar su comida y dar de comer a sus familiares, que esto hay sufrirlo para entenderlo. En resumen, que o creamos a toda prisa -porque ya se sufre hambre- puestos de trabajo o damos permiso para pedir por puerta, porque todavía no se ha podido inventar que una persona, aún siendo canaria, pueda vivir sin comer.