Iratxe Yáñez Ortiz y Garikoitz García Arrieta, que fueron juzgados ayer en la Audiencia Nacional por intentar establecer en Portugal una base etarra en 2010, se negaron ayer a declarar, aunque la primera admitió que es "militante de ETA desde hace más de diez años".

El juicio contra los dos presuntos etarras y un tercer supuesto colaborador de la banda quedó visto para sentencia por la sección primera de la Audiencia y el fiscal mantuvo las penas pedidas para ellos, que oscilan entre los 5 y los 49 años.

Yáñez se enfrenta a una petición de 23 años y García a 49 años de prisión, mientras que para el tercer encausado, Luis María Cengotitabengoa, reclama cinco años.

Los dos primeros están acusados de integrar la banda terrorista e intentar introducir en Portugal en enero de 2010 armas y explosivos, para lo que usaron una furgoneta y un coche que condujeron desde Francia.

Al tercero, que negó en su turno de última palabra ser miembro de ETA, se le acusa de colaborar con la organización tras encontrarse su pasaporte en uno de los vehículos.

Tanto Yáñez como García se negaron a responder a las preguntas del fiscal y la defensa, cosa que sí hizo Cengotitabengoa, y la primera afirmó ante la sala: "Lo único que tengo que decir es que soy una militante de ETA desde hace más de diez años y no voy a participar en este juicio".

García, que se enfrenta a una pena mayor porque agredió a un guardia civil que le dio el alto y se fugó luego hasta Portugal en el vehículo policial, se limitó a indicar que "no tengo nada que decir, que no voy a contestar a las preguntas".

Los hechos juzgados ocurrieron el 9 de enero de 2010, cuando dos guardias civiles vieron una furgoneta sospechosa con matrícula francesa estacionada en una carretera de la localidad zamorana de Bermillo de Sayago y se aproximaron al vehículo.