Hoy se cumplen dos años del anuncio del alto el fuego permanente de ETA, un periodo en el que la banda terrorista ha ido perdiendo protagonismo y pasado a un segundo plano en la escena política y en las preocupaciones de los ciudadanos, convencidos de que el fin de la violencia es ya irreversible.

Tanto es así, que en el último barómetro que ha hecho público el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), pulsómetro de la preocupación de los ciudadanos, el terrorismo apenas es citado por el 0,2 por ciento de los encuestados, el índice más bajo desde 1985, cuando en otras épocas de la historia democrática llegó a encabezar la lista de los principales problemas.

ETA ha desaparecido prácticamente de las páginas de actualidad. Y del discurso navideño del rey Juan Carlos, que, por primera vez, no mencionó el terrorismo en su mensaje de Nochebuena, como tampoco lo hizo el jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, en el balance de su primer año de Gobierno.

Pese a esa cada vez más escasa presencia, la lucha contra ETA se mantiene, como demuestran los 81 supuestos etarras detenidos en estos dos últimos años. Cincuenta y cinco de estos arrestos se produjeron en 2011 y los restantes en 2012.

Por países, 25 fueron detenidos en España, 43 en Francia, 6 en el Reino Unido, 3 en Venezuela, 2 en Bélgica, 1 en México y 1 en Italia.

Desde el punto de vista policial, ETA está "completamente derrotada", una afirmación que se sustenta en "datos empíricamente incontestables", y si bien es cierto que ya lo estaba cuando se produjo el cese definitivo, en estos momentos la situación es "irreversible", subrayan a fuentes de la lucha antiterrorista.

Las sucesivas detenciones de dirigentes etarras y de comandos operativos provocó, por un lado, que la banda tuviera dificultades para sustituir a los dirigentes capturados y, por otro, una falta de dirección y liderazgo sobre los comandos que se tradujo en un desabastecimiento económico y de material que hacía imposible la continuidad de la "lucha armada".

No obstante, la Policía tiene aún algunos retos por delante, ya que los 300 crímenes sin condena por no haber sido capturados su autores es el principal objetivo de las cuerpos policiales, así como evitar una recomposición de la cúpula y de sus comandos operativos.

Entre tanto, las víctimas siguen sin fiarse. La presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, es tajante al afirmar que ETA "no es pasado" y su anuncio del cese de la violencia "no ha supuesto un punto y final, más bien un punto y seguido".

Por eso, las víctimas siguen exigiendo a la organización terrorista su disolución incondicional, la entrega de las armas y el reconocimiento de la historia de terror, así como que pida perdón a toda la sociedad por el "terrible daño causado, tanto físico como moral" durante más de cuatro décadas.

Aún queda camino por recorrer hasta que ETA desaparezca definitivamente y hasta que la convivencia "se asiente y se consolide de forma definitiva en el País Vasco, donde se ha impuesto un mantra de acogimiento a los que ya no matan", apostilla Mari Mar Blanco.

La presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Ángeles Pedraza, asegura a que ETA no ha sido derrotada, sino que "ha ido consiguiendo lo que pretendía en este tiempo".

"Por dejar de matar, ETA ha logrado lo que quería, e incluso más de lo que obtenía matando", añade Pedraza, para quien a este final, "que no derrota", se podía haber llegado hace cincuenta años.

Pedraza considera "aberrante" que Iosu Uribetxebarria esté en libertad, que ETA siga haciendo "apología del terrorismo todos los días en las calles" y, sobre todo, que Amaiur y Bildu estén en las instituciones.

El caballo de batalla siguen siendo los presos de ETA. El Ministerio del Interior puso en marcha un plan de reinserción individualizado al que pueden acogerse los reclusos de la banda, pero tal y como reconoció en sede parlamentaria el titular de este departamento, Jorge Fernández Díaz, la mayoría de los 500 internos ha rechazado acogerse a esas medidas. Según el ministro, es la propia banda la que está "coaccionando" a sus presos para que no se acojan.

Y mientras se está a la espera de que la organización terrorista se disuelva definitivamente y entregue las armas, la izquierda abertzale ha ido avanzando posiciones en la escena política vasca y nacional e, incluso, ha empezado a tener algún gesto de acercamiento a las víctimas.