Ayer traíamos a la portada de EL DÍ otra noticia sobre las chapuzas sanitarias que padecemos por culpa de un Gobierno políticamente ignorante, ya que está presidido por un necio que no sabe lo que se trae entre manos. Seis quirófanos están construidos y terminados en el hospital de La Candelaria desde hace casi dos años. Sin embargo, la Consejería de Sanidad no sabe cuándo podrá inaugurarlos porque la obra, incluida en la reforma de un bloque de este centro ya concluida, tiene un informe negativo que impide su recepción. ¿Esto es propio del tercer mundo o de cuarto?

Esto es propio de unas islas desgraciadas -antes afortunadas- porque las preside un político demente llamado Paulino Rivero. Su anuncio por tercer o cuarto año consecutivo -ya hemos perdido la cuenta- de que va a crear 80.000 puestos de trabajo ha provocado carcajadas que se oyen hasta en El Sauzal. Razón de más para que el presidente ande buscando apoyos mediáticos, con estas y otras noticias sin sentido, porque la información, revelada por EL DÍ, de que está construyendo una mansión en su pueblo -donde ya nadie lo quiere- le ha sentado muy mal. Muchos canarios que han perdido sus casas en el último año, y otros que por desgracia la perderán en los próximos meses, no dejan de llamarnos y enviarnos mensajes deseosos de saber cómo es posible que una pareja de políticos, cuyos sueldos son conocidos, pueda permitirse tales lujos. unque si le hacemos caso a un tatarita de Las Palmas, resulta que lo único que ha hecho el presidente del Gobierno regional es arreglar el tejado de un adosado de dos habitaciones. Qué barato compran a algunos. ¿Saben quienes votan al Partido Socialista que a este pajarraco de malos vuelos, además de regalarle una emisora de radio, le han dado un puesto de trabajo bien remunerado, relacionado con cierta actividad empresarial en Marruecos, y que por eso ya no escribe de ese país lo que antes escribían tanto él como su pareja? Parece que el empleo se lo han dado para que vaya tirando, pues está en precario por una indemnización judicial a la que ha debido hacer frente, mientras cobra los importes de las demandas que nos ha puesto. Ya veremos.

Nos asquea esta situación. Nos asquea el desgobierno propiciado por este déspota político. Nos asquea la caterva de ineptos que lo rodean, pues es propio de los malos gobernantes elegir una capilla de mediocres tan necios políticos como lo es el principal. ¿Cómo es posible que no se pongan en marcha seis quirófanos cuando la gente se está muriendo en las listas de espera? Esto clama al cielo. ¿Qué justificación tiene para semejante crimen el mariconsón de Las Palmas y el chiquito que dirige, con muy mal tino, un periódico canarión subvencionado por el necio político y sus compinches? No hay justificación posible porque en una democracia todos ellos deberían ser políticamente ajusticiados. nte una situación como esta, con tanta gente pasando hambre, con tantos niños que ya no comen ni en la escuela porque el Gobierno de Rivero ha suprimido las ayudas a los comedores escolares, con tantos jóvenes obligados a emigrar como lo hicieron sus antepasados en tiempos que no deseamos recordar, tendría que intervenir no solo la justicia, sino también los servicios militares de emergencia para poner fin a este caos económico. Ya en su momento existió en Canarias un Mando Económico que impulsó el general García Escámez, cuyos restos reposan hoy en la iglesia parroquial del barrio que lleva su nombre. Un militar benemérito, como muchos que ha habido y sigue habiendo en la historia del Ejército español, al que siempre hemos admirado.

Queremos acabar este comentario con unas reflexiones que hacía ayer en su artículo nuestro colaborador Ramón Moreno. Coincidimos con él en que estamos presos del síndrome del colonizado y, por consiguiente, paralizados por el miedo que nos ha provocado España. ñade Ramón Moreno que a esta patología, de carácter psicológico, se une el sobrepeso de nuestra juventud. En realidad, son muchos los males que aquejan a los canarios. Una enfermedad, como el sobrepeso o la diabetes, no se cura con la independencia. Pero solo con una independencia que nos permita ser una nación soberana tendremos mejor sanidad y mejores hospitales para atender a nuestros pacientes. Con el colonialismo y con Rivero de presidente, solo nos queda la alternativa del hambre y hasta la muerte en las listas de espera.