No es que Canarias tenga fábricas de tejidos, lo que no estaría nada mal para no tener que importar hasta los vestidos que nos ponemos. o se trata de eso. Me refiero expresamente al tejido social, al pueblo canario en su conjunto, que es fiel reflejo de una sociedad sin conciencia de pueblo, dividida y desestructurada, incapaz de asumir su triste rol de pueblo colonizado y, por tanto, susceptible de emanciparse de una vez, al haber llegado supuestamente a su mayoría de edad.

Pero la gravedad de los acontecimientos y el devenir cotidiano nos muestran la cruda y sangrante realidad: este pueblo nuestro, por desgracia, prefiere seguir siendo cola de león (apestosa y con moscas), en lugar de cabeza de canario pinzón, erguida y orgullosa, como ya he dicho en alguna otra ocasión. Todo indica que el pueblo canario es como los personajes de las tragedias de Esquilo (dramaturgo griego, 456-525 a.C.) que estaban dominados por el signo de la fatalidad; y como decía en mi artículo del pasado domingo ("SOS a la OMS"), aquejado de una severa patología que le produce una ECM (Experiencia Cercana a la Muerte), que le está conduciendo irremisiblemente a su desaparición.

Somos rehenes de nuestra propia indolencia y estamos atrapados en la vorágine colonialista española; alienados e incapaces de reaccionar, a pesar de los graves problemas de toda índole -sobre todo económicos- que aquejan al pueblo canario. Y para colmo de males, ese tejido social se ha convertido también en tejido adiposo ya que, "Canarias presenta el mayor índice de sobrepeso y obesidad de Europa" (¡otra vez con las comparaciones europeas de un territorio situado en el continente africano!). Esa grave anomalía fue denunciada por el doctor español Miguel Carbajo Caballero, conocido como el "cirujano de la obesidad"; cuyo Centro de Excelencia para el Estudio y Tratamiento de la Obesidad (CTO) del hospital Campo Grande de Valladolid que dirige, ha sido elegido como uno de los mejores del mundo en su especialidad. En una página publicada el sábado pasado en este periódico, el citado cirujano aseguró que "sabemos curar la diabetes" mediante cirugía si llegamos a tiempo.

Total, ¡¡qué no hay por donde cogernos!! Presos del síndrome del colonizado y, por consiguiente, paralizados por el miedo que nos ha provocado España, ahora tenemos otra patología que ya denuncié en su momento, como el sobrepeso de nuestra juventud, tan perdida y retraída, dicho sea de paso. Y me preguntaba si el preocupante fenómeno tenía algo que ver con que Canarias sea un mercado cautivo, consumidor de excedentes comunitarios, como imposición del canallesco e ignominioso estatus colonial que nos ha impuesto España y la Unión Europea, con el caramelo envenenado de las "ayudas comunitarias". Y donde significados importadores se han hecho ricos aprovechándose, precisamente del famoso Régimen Específico de Abastecimiento (REA), cuyo objetivo era al parecer abaratar la cesta de la compra.

Porque la obesidad es una enfermedad que tiene mucho que ver con los hábitos alimentarios y con la ingesta de productos ricos en grasas animales, según tengo entendido. Y en esencia, como dice el citado doctor, la obesidad mórbida se comporta como una enfermedad muy compleja que afecta a todos nuestros órganos, aparatos y sistemas, nos conduce progresivamente a la incapacidad y acorta considerablemente la vida. Es crónica, progresiva e incontrolable por la mente, por lo que las dietas y demás tratamientos fracasan en el cien por cien de los casos.

El principal problema de la obesidad es que incrementa de forma extrema el riesgo cardiovascular, es decir, el de tener infarto cardíaco o cerebral súbitos. Además, hay algunas formas de obesidad como la masculina o la obesidad central de las mujeres que comienzan a superar los cuarenta y cinco años en las que dicho riesgo es mucho más alto, sobre todo si se acompaña de hipertensión, diabetes, apnea del sueño o exceso de colesterol y triglicéridos.

Por lo que dice el doctor Carbajo, si la obesidad es actualmente la segunda causa de muerte en el mundo, la diabetes tipo II se encuentra habitualmente asociada a la obesidad, aunque tenemos también casos de diabetes II en pacientes no obesos. Respecto a Canarias, no entiendo como los diferentes gobiernos autonómicos no han tomado cartas en el asunto; máxime, dado el progresivo incremento de la obesidad mórbida en nuestra población infantil y juvenil. ¿Forma parte del modelo educativo canario, los hábitos alimenticios de esas poblaciones de riesgo? ¿Cómo es posible que a estas alturas las autoridades sanitarias no hayan tomado drásticas medidas para revertir esa preocupante patología?

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