La historia del pensamiento económico es la historia de las controversias, cada escuela se cree poseedora de la razón económica y así ha sucedido desde Marshall, Keynes hasta Friedman o Krugman. Pero lo cierto es que esta controversia no acierta a poner en su sitio un orden económico aunque la economía es un conjunto de verdades, un motor de análisis para alcanzar la verdad pero que pocas veces lo logra, ni como instrumento de trabajo ni como teoría que siguiéndola pueda llegar a resolver el problema político de las sociedades.

Pero lo cierto es que la economía comandada por los economistas no resuelve, se queda en los aledaños de la solución por lacayismo profesional o por pertenecer a un grupo que tienen enfrente otro u otros pero que al principio y al final se queda en elucubración o en jerga científica y poco más.

Tal vez, y siguiendo a Keynes, hace falta una formación a los economistas más amplia que trascienda el escenario de la ciencia económica donde el gran economista debería ser combinación de matemático, historiador, estadista y filosofo. Debe comprender los símbolos y hablar con palabras corrientes. Debe estudiar el presente a la luz del pasado y con vistas al futuro por lo que ninguna parte de la naturaleza del hombre debe quedar fuera de su consideración.

Quizás ese sea el gran inconveniente de los economistas actuales y al estar en esta o aquella asesoría académica no alumbran los rastros por donde hay que transitar y lo más que hacen es instalarse en el alegato, en las contabilidades y en las estadísticas y entre tanto papeleo y elucubraciones la solución se aleja, la sociedad se desespera, la política se desvanece y la razón económica no se despliega, se mediatiza, minimiza y casi se convierte en imperceptible

os economistas deberían ser independientes, no deberse a este o aquel compadreo ni venderse al mejor postor y procurarse una formación poliédrica capaz de extenderse fuera de los linderos de una ciencia que no debe estar encosertada sino universal, si es que quiera avanzar y ser punta de lanza de los negocios del mundo; y hoy el mejor negocio es descifrar por donde hay que transitar para poder llegar.

Pensar que las recesiones se curan solas y que obedecen a los ciclos económicos siguiendo las teorías económicas liberales es permanecer atado y seguir con los esquemas que si un día dieron fruto acompañados de una guerra mundial, ahora no se está en lo mismo, aunque lo de la guerra siempre aparece como una de las soluciones cuando no hay otra en la mente de los poderosos.