A principios de un nuevo año natural, es costumbre dedicarse a planificar lo que se hará o se dejará de hacer en el año que se estrena. El ritual pasa por proponerse cambios en lo cotidiano y conseguir mejorar, para lo cual hace falta fuerza de voluntad. No conozco a nadie que lo consiga. De entre los propósitos mas comunes esta dejar de fumar, hacer deporte, apuntarse a un gimnasio, aprender un idioma, comer sano, ahorrar, encontrar o cambiar de trabajo. Pero en muy raras ocasiones abandonar el trabajo que se tenía en el pasado año.

Es lo que ocurre cuando un trabajador renuncia, dimite o abandona el puesto. Pero esto hay que trasladarlo hoy y ahora a la esfera política de nuestra comunidad. sí las cosas, recientemente se han sucedido acontecimientos donde -aunque parezca mentira- los políticos, que yo considero trabajadores, abandonan el puesto de trabajo.

Rogelio hablaba conmigo el pasado sábado mientras ultimábamos la carta de los Reyes, esta vez "magos" y de oriente, estos sin palacio. Estábamos en una gran cola. Esas que son magnificas para hablar con tu vecino y tomarle el pulso a la calle. Por eso Rogelio me preguntaba, ¿cómo es que con la que esta cayendo se abandonan los cargos y no se rema "palante"? Es decir, miembros del Gobierno que nos gobierna en Canarias dejan su puesto y se marchan. ¿Siguen cobrando del Gobierno?

Por lo que en nuestro lenguaje jurídico le tenía que hablar de lo que son las dimisiones, las renuncias y los abandonos de responsabilidades entre el empleado y el empleador y las repercusiones que tiene, para diferenciarlas. Sobre si siguen cobrando o no. Eso no lo sé. Y más en el caso de los cargos políticos. Yo intuí que mi vecino de "cola" me hablaba del último abandono del Ejecutivo canario en una de las áreas más candentes de los últimos tiempos. sí le dije que ese desánimo del "trabajador" es un paso atrás para esta comunidad, pues en pocas ocasiones podemos contar con personas tan cualificadas y con un alto sentido de responsabilidad y del deber como ocurría con el "trabajador" que ostentaba ese cargo hasta primeros de año. Le dije a mi amigo que los jefes que nombran a esos cargos, en la mayoría de las ocasiones suelen elegir -más que eficientes empleados- a vasallos y simplones que hagan lo que se les ordene y manda.

En las dimisiones, está el acto voluntario del empleado a no continuar, es un despido pero al revés. Y por lo general se suele usar la muletilla "motivos personales" para maquillar el abandono. unque el tiempo te brinda las razones reales.

Los motivos de las dimisiones suelen coincidir en no dejar actuar al empleado y acotarle el margen de maniobra, imponiendo los planteamientos y órdenes del jefe en contra de las convicciones, la moral y la eficiencia que se exige para el desempeño del cargo -amén del prestigio profesional- que desarrolla el empleado. sí la dignidad y un alto sentido de la responsabilidad suelen ser motivos más que suficientes para abandonar un cargo de forma voluntaria. sí evitan que sean cesados. Pues el cese, a diferencia de la dimisión, es un acto del jefe o empleador que se escapa de la voluntad del empleado. Ese desliz semántico suele confundirse en infinidad de ocasiones. Dimitir es "renunciar, hacer dejación de algo, como un empleo, una comisión, una consejería, una dirección general, etc." por otra parte cesar es "dejar de desempeñar algún empleo o cargo" por voluntad de quien te nombra. Pero la diferencia es más ostensible, en la práctica porque uno dimite (motu proprio), pero a uno le cesan?

Lo que es seguro que si aquí hay unos ganadores estos son los alumnos de la Universidad de La Laguna que vuelven a contar con un magnífico docente.

* bogado director del Bufete Inurria