Dice Asier Antona, secretario general del PP en Canarias, que siente vergüenza ajena porque Paulino Rivero se haya presentado en su discurso de fin de año como una víctima de la crisis cuando él es directamente responsable de la situación de Canarias. Para empezar, repatean tantas alocuciones de nacionalistas periféricos cuando llegan estas fechas. Con el mensaje del Rey vamos sobrados. Máxime este año, con unos silencios clamorosos por parte del Jefe del Estado sobre asuntos acerca de los que, cuando menos, se agradecía una opinión; no ya un consejo, aunque también, sino como mínimo una opinión, teniendo en cuenta que el señor Urdangarin ha vuelto a aparecer en algunas fotos. ¿Prolegómeno de un aquí no ha pasado nada? Si es así, y espero que no sea así, alguien está jugando con fuego arriesgando una testa ajena. Siempre se ha dicho que es fácil disparar con pólvora del rey, pero allá cada cual y los asesores a los que decide escuchar. Estábamos con el vernáculo de El Sauzal.

Olvida con frecuencia Rivero que el presidente del Gobierno de Canarias es él. Más aún: a menudo no le alcanza la memoria para recordar que es su partido el que, de una forma u otra, sustenta al Ejecutivo autonómico desde hace mucho tiempo. ¿Quiénes son los responsables del paro, del fracaso escolar, de las insuficiencias sanitarias y de otros problemas? ¿Los que tienen el Boletín Oficial de Canarias en sus manos o los que están en la oposición? Volver sobre lo mismo cansa hasta el hastío. Canarias para los canarios y la culpa la tiene Madrid. Ese es el mantra del nacionalismo regional. ¿Y qué más? Ah, claro, la defensa numantina del Estado del bienestar; que no se me olvide eso.

"Les garantizo que somos muchos los que vamos a defender con uñas y dientes un sistema de servicios públicos esenciales, que garantiza la igualdad de oportunidades a los canarios de todas las islas", ha dicho un pletórico Rivero. A esa defensa nos apuntamos todos porque nadie, supongo, quiere ser un desalmado a conciencia. La pregunta es con qué. Con qué recursos, tanto en Canarias como en la Península, podemos sostener esos indudables logros sociales. ¿Saben cuánto tiempo nos falta para que tengamos oficialmente seis millones de parados? Lo escribo en una línea: justo el que tarde en salir la primera Encuesta de Población Activa de 2013. Cerca de 400.000 de esos desempleados lo estarán en Canarias. ¿Alguien en su sano juicio piensa que se pueden mantener esos servicios públicos sin tener la manivela de la máquina que imprime los euros? Nadie. Ni siquiera Rivero. Por lo tanto, el presidente del Gobierno canario no dice la verdad cuando habla de estas cosas.

e la crisis saldremos -o no- no a finales de este año o de no sé cuántos más porque lo diga Rivero, Rajoy o el mago Merlín. Tampoco saldremos porque ya lo hicimos otras veces; aparquemos de una vez las glorias pasadas. Superaremos la crisis cuando la gente empiece a trabajar, ya sea porque puede hacerlo o porque quiere hacerlo; antes, dudo mucho que lo consigamos.

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