El Rey Don Juan Carlos ofreció su mensaje de Navidad este año de pie por primera vez desde que comenzó esta tradición, rompiendo con la ya característica estampa del monarca dirigiéndose a los españoles sentado.

El Rey hizo un llamamiento a los políticos para promover valores "como el respeto mutuo y la lealtad recíproca", y apostó por basar el progreso "en el respeto a las leyes y a los cauces democráticos", en lo que supuso una referencia implícita a la deriva soberanista en Cataluña. Don Juan Carlos abogó por recuperar "la política con mayúsculas" porque "lejos de provocar el enfrentamiento y desde el respeto a la diversidad, integra lo común para sumar fuerzas, no para dividirlas".

El monarca realizó un llamamiento a los españoles para recuperar valores que "hace más de tres décadas contribuyeron a poner en pie un nuevo marco de convivencia, el reconocimiento de nuestra pluralidad y el amparo de las diferentes lenguas culturas e instituciones de España". "Es hora de que todos miremos hacia adelante y hagamos lo posible para cerrar las heridas abiertas", subrayó el monarca que insistió en la necesidad de reivindicar la política como "instrumento necesario para unir las fuerzas de todos" y acometer la salida de la crisis.

En su discurso, el Rey abordó tres asuntos: la crisis económica, la fortaleza de España como nación europea e iberoamericana y la necesidad de reivindicar la política "como instrumento necesario para unir las fuerzas de todos y acometer la salida de la crisis". Don Juan Carlos dijo que no exagera al decir que "vivimos uno de los momentos más difíciles de la reciente historia de España", y subrayó durante su intervención que "nadie imaginaba" la "intensidad, amplitud y persistencia" en el tiempo de la actual crisis económica.

Don Juan Carlos reconoció que la realidad actual no es fácil de entender ni solucionar a corto plazo, pero afirma que "austeridad y crecimiento" deben ser compatibles. "Las renuncias de hoy han de garantizar el bienestar de mañana, en un plazo razonable de tiempo, de manera que se asegure la protección de los derechos sociales que son seña de identidad de nuestra sociedad desarrollada".

Además, subrayó que la Corona es "muy consciente del esfuerzo y el sacrificio que los ciudadanos están llevando a cabo con entereza". "Ningún esfuerzo es baldío y tampoco lo serán los que se están haciendo ahora", según Don Juan Carlos, que resalta la "actitud abnegada y leal de las familias y la solidaridad de muchas organizaciones asistenciales "que están contribuyendo a la estabilidad social".

El Rey recordó que en los últimos 37 años España ha pasado por varias coyunturas económicas complicadas, aunque quizá "no tan difíciles como esta". En todo caso, se logró salir de ellas con éxito porque los españoles mostraron su confianza en un "proyecto compartido por todos". De igual modo, propuso recuperar esta confianza y "generarla también en las instancias y en los mercados internacionales".

Pero para el Rey, "no todo es economía", y en este punto reconoció que la política "no vive hoy sus mejores horas en la percepción de los ciudadanos". Por ello reivindicó la "política grande" que fije su atención en el interés general y se cimente en el espíritu de servicio, acomodándose "a los principios de ética personal y social" y logre "sacrificar la satisfacción a corto plazo, a menudo efímero, para ensanchar el horizonte de sus ambiciones".

El mensaje de este año ha sido innovador en cuanto a la realización de TVE, que ofreció antes de comenzar el discurso la imagen del Rey visto desde el jardín a través del ventanal de su propio despacho repasando aún el texto. En ese momento conectó la cámara interior y Don Juan Carlos dejó los papeles sobre su mesa y comenzó su intervención de pie, semisentado sobre su escritorio, ocupado en parte por un ejemplar de la Constitución.

El discurso del Rey fue este año ligeramente más corto. En concreto duró 8 minutos y 50 segundos y el monarca pronunció 1.089 palabras, frente a las 1.540 del pasado año.

El Rey abordó en su discurso tres grandes bloques temáticos: la crisis económica, la fortaleza de España como nación y la necesidad de reivindicar la política.

fueron los minutos que duró el discurso, un poco más corto que otros años. De las 1.540 palabras de 2011 se pasó a un total de 1.089 en el mensaje de este 2012.

En el despacho tuvieron especial protagonismo una imagen de la reciente Cumbre de Cádiz, así como otras fotos de la Familia real, salvo la del imputado Iñaki Urdangarín.