1.- Compro el periódico en la plaza de la Iglesia, en el Puerto, y el kiosquero le dice a la guapa kiosquera: "Aquí tienes a tu periodista favorito". Henchido de orgullo le pregunto que si me ha encontrado en el nuevo diseño -que me encanta- y ella responde: "No se preocupe, yo lo busco". Habría que decir a los lectores de la Internet que para leernos a los cronistas tienen que ir a El Observador -qué nombre tan bonito- y ahí estamos. Anuncio esta crónica a Pepe Martínez Alfaya y a Antonio Iglesias Rivera, que son los propietarios de "La Taurina", donde un grupo de amigos hemos celebrado, como es tradicional, la comida de Navidad. A mí me gusta de ese lugar la tortilla aguachentita que hace Antonio. Para chuparse los dedos. A la peña "El Pichote" se le muere la gente y los asistentes se miran con recelo, aunque hemos admitido a un nuevo miembro, para no quedarnos solos: Ricardo Tavío; quien, a veces, canta. El resto del plantel lo componen los letrados Domingo Pérez y Juan Manuel Beautell, el anciano cantante de boleros Pepe González Carrillo -presidente que fue del Tete-, el periodista jubileta Arturo Trujillo, un servidor -igualmente jubileta- y el afamado lotero Manuel Gutiérrez, cuya jubilosa notoriedad viene dada porque no ha dado ni un reintegro en treinta y dos años.

2.- "La Taurina" la montaron dos amigos que vinieron de Galicia y que llevan cuatro décadas, o así, dando de comer -bien- en Tacoronte. De vez en cuando a Antonio y a Pepe les da por traer marisco de allá y es este el momento de ponerse uno morado. Así que esta peña se reúne ahí desde los tiempos de Francisco Manuel Hernández Pérez, alias "El Pichote", paz descanse, que sigue instalado en nuestros corazones. Lástima que la afición de los miembros de esta cofradía por la lotería nacional no haya tenido mejor resultado: le compramos los décimos a un lotero sin suerte. Porque ni un reintegro en 32 años es más difícil que tocarle a uno el gordo de Navidad.

3.- Los últimos miembros fallecidos son el periodista César Fernández-Trujillo y el abogado José Domingo Gómez. En su honor -y en el nuestro-, hemos disfrutado un año más de la tortilla floja de Antonio y de la lotería del Cristo de Pepe, que probablemente batirá el récord de Manuel Gutiérrez, pues tampoco da un premio ni encomendándonos a Él. Nos sentamos en una mesa rodeados de carteles taurinos y en presencia de la cabeza de un toro, que ha sido objeto constante de chanza, ya que cada año se le bautiza con el nombre de algún amigo con mala suerte en el amor.