Dice el viejo refrán que de ilusiones vive el hombre. Puede que tenga algo de cierto, pero, tal y como van las cosas en este país, se nos hace cuesta arriba creer todo lo que dice el refranero.

Año Nuevo, vida nueva, pero no todo comienza aquí ni termina en el mismo sitio. Ya hasta el optimismo lo hemos perdido y casi las campanas de Fin de Año se hicieron las remolonas, pues no tenían ganas del tradicional repique.

Los fuegos artificiales que por costumbre ponen la nota de color el 31 de diciembre a las doce de la noche se notó que tampoco tenían ganas de dar color a la noche. La crisis, la tan anunciada crisis que este año puede ser más fuerte, dicen que fue la culpable.

En mi pueblo, Los Realejos, de tradición pirotécnica, se notó el fallo de los castillos de fuegos en distintas zonas concretas, y hasta la gente prefirió quedarse en casa y tomar las doce uvas en familia y rogándole a ios que el nuevo año sea un año más próspero, pero me da la impresión de que el horno del Gobierno no está para bollos.

Son muchos los comentarios que se oyen en la calle sobre el Fin de Año y la entrada de 2013 cuando el hambre aprieta, y el paro sigue aumentando, pero otros parecen pasarlo bien el 31 de diciembre. Sobre todo quienes tienen las alforjas bien repletas y se olvidan de los que verdaderamente lo están pasando muy mal. Otros alzaron la copa de champán. ¿Serían don Paulino y los suyos? Pobre de aquellos que esa noche tuvieron una vez más que dormir en la calle o sobre un banco de alguna plaza.

Lo cierto es que reina el pesimismo cuando acaba de entrar el año nuevo. Esto se nota en el ambiente, en los comentarios y en las calles vacías de nuestros pueblos isleños.

Pero no perdamos la moral. Es posible que vengan tiempos mejores, pero no sabemos cuándo, y peores también, porque la harina sin la levadura no fermenta, y en política si no hay gente sensata y seria es cuando las naciones como España, por poner un ejemplo, se van a pique.

Pidamos a la providencia divina salud y trabajo en estos tiempos tan difíciles por los que estamos pasando.

Y aprovecho esta ocasión para felicitar de todo corazón al director de EL ÍA, don José Rodríguez Ramírez, en estos primeros días de 2013, y a cuantos trabajadores hacen posible que EL ÍA nos acompañe cada mañana. Con EL ÍA contamos y elogiamos su digna labor informativa.

Sabemos que don José Rodríguez lleva en su corazón de hombre grande y valiente nuestro Tenerife, y sabe mejor que nadie cómo ya ha llegado el hambre a muchos hogares de nuestras islas.

Con EL ÍA nos enteramos y estamos informados de cómo nos tratan desde las altas instituciones políticas y del Gobierno de Canarias.

Por todo ello, debemos levantar la cabeza y no dejarnos que el zapato de don Paulino, políticamente hablando, nos caiga sobre la cabeza.

Feliz 2013 a todos. Frase muy bonita pero que en las manos de nuestros políticos nos deja mucho que desear por el mal trago que estamos pasando.