El Ayuntamiento icodense aplica desde el pasado martes la nueva ordenanza fiscal que regula el agua municipal, que experimentará subidas progresivas en los próximos años para paliar el déficit anual del servicio, que ronda el millón de euros al año.

Josafat Luis, edil responsable de Icodemsa, indicó ayer que, con la medida, el gobierno local pretende buscar el equilibrio financiero del servicio en cumplimiento del plan de ajuste local, pero de la manera menos perjudicial posible para los abonados. Tiene claro que no es agradable subir tasas en estos tiempos, pero asegura que no hacerlo sería una irresponsabilidad.

El concejal explica que, "desde hace años y por diversos motivos, el abastecimiento es deficitario", sobre todo porque no se ha subido desde 2001. "Esta situación irregular ha provocado que lo recaudado no alcance para atender a los proveedores".

En la actualidad, el agua se cobra mediante una tarifa lineal, con lo que el precio es el mismo para todos los vecinos con independencia del consumo". Según recalca, este tipo de tarifas "son injustas, se han quedado obsoletas y muy pocos municipios de Canarias la conservan, por no premiar el ahorro de un bien escaso".

Por ello, desde ahora se emitirán facturas bimensuales que diferenciarán el consumo por tramos. Además, se premiará a los consumidores que más ahorren, que serán los que menos paguen. El coste del metro cúbico es de 0,75 euros, pero las familias que gasten menos de 10 metros cúbicos pagarán solo 0,70. Asimismo, se aplicará 0,159 euros por metro y desalización, la mitad de lo que abona el ayuntamiento al Cabildo.

El nuevo sistema diferenciará también el suministro doméstico, el no domestico, agrícola, industrial, el de obras y municipal.