El alcalde del Puerto de la Cruz, Marcos Brito Gutiérrez, descarta la posibilidad de que se cree un albergue municipal para acoger a las personas sin techo o a quienes usan el espacio público como su vivienda, pero sí confirmó la disposición de su equipo de gobierno de mantener e incluso potenciar el banco de alimentos, al término de la presentación de los nuevos accesos a la plaza Viera y Clavijo. Esta observación se justifica ante la pregunta formulada sobre la eventual ocupación de los espacios públicos, como la renovada plaza Viera y Clavijo u homónimas de la iglesia o del Charco por indigentes, con la consiguiente repercusión social y para la imagen de la ciudad.

De crearse un albergue municipal en el Puerto de la Cruz podría acarrear una avalancha de demandas de este servicio de potenciales usuarios de otras localidades y tener un efecto no deseado. En el municipio, según explicó el mandatario local no está indicada su instalación porque la incidencia de transeúntes sin techo es mínima o muy localizada o puntual.

Brito indicó que se trata de resolver lo que considera casos aislados de indigencia en la calle, pero teniendo en cuenta los derechos fundamentales de las personas y el cumplimiento de la ley y se refirió a la presencia esporádica de indigentes procedentes de otros países o regiones del país. La crisis económica provoca situaciones extremas a las que el Puerto de la Cruz por su condición cosmopolita no es ajena, pero cuya

incidencia no se refleja tanto en la vía pública como precisó el mandatario local.

El mandatario local puso de relieve que las leyes no permiten actuar contra los indigentes por ocupar la vía pública porque les asisten derechos fundamentales como la libre circulación, siempre que no medie una comisión de un delito.

La ordenanza de convivencia ciudadana regula, entre otros aspectos, el comportamiento de los vecinos y usuarios de los bienes de dominio público y privado. En este caso, afectaría a aquellas personas que deterioran o hacen un mal uso del entorno, como bañarse en la pila de la Plaza del Charco o satisfacer sus necesidades fisiológicas o de otra naturaleza que pudieran generar alarma social o atentar contra el pudor, hechos que suceden y han sido notificados.