La explotación del mirador de Lomo Molino, en El Tanque, volverá a sacarse a concurso en 2011 tras 14 años de vaivenes, inestabilidad y cierres periódicos. El Ayuntamiento tanquero espera adjudicar la instalación en un plazo de tres meses, con la esperanza de recuperar la actividad permanente en un recinto que costó más de 618.000 euros y que desde 1997 ha pasado ya por cinco manos y se ha rehabilitado dos veces.

La historia de este mirador, gafado como el de Humboldt, en La Orotava, arranca hace 18 años. El Cabildo de Tenerife comenzó a construirlo en 1993. En 1996, aún sin terminarse, fue necesario reparar los daños causados en la obra por un temporal de viento. Los trabajos concluyeron en 1997, año en que la instalación pasó a manos de la empresa pública Hoteles Escuela de Canarias (Hecansa), que gestionó allí un restaurante escuela.

Hecansa mantuvo, con luces y sombras, el restaurante escuela del mirador de Lomo Molino hasta 2002. Tras un año cerrado, en 2003, se produce una fugaz adjudicación por parte del Cabildo a una empresa tinerfeña, que renuncia poco después a la explotación del recinto.

En junio de 2004, el Cabildo de Tenerife traspasa la titularidad del mirador de Lomo Molino al Ayuntamiento de El Tanque. La transferencia de las competencias al ayuntamiento comprendía la titularidad, "así como los derechos y obligaciones de proceden de ella, como la asunción de los gastos derivados de su gestión, mantenimiento y conservación".

El entonces director insular de Medio Urbano, Paisaje y Protección Civil, Jorge Bonnet, aseguraba que "el hecho de que la gestión de este mirador y de otros de naturaleza similar sea traspasada a los ayuntamientos obedece a la ventaja que supone una administración por la instancia más cercana al vecino. Se busca con ello una mayor operatividad a la hora de gestionar la explotación de estos miradores, que se convierten en un complemento fundamental del conjunto de instalaciones turísticas".

En 2004, la administración municipal lo adjudica a la empresa Grupo Ropasa, que lo reabre al público en mayo de 2005 como restaurante y sala de exposiciones.

Ropasa anunciaba que este inmueble sería "algo más que un lugar al que acudir para disfrutar de una buena comida y unas vistas espectaculares". Fuentes municipales reconocen que el mirador de Lomo Molino vivió su mejor época entre 2005 y 2006, años en que recibió numerosas visitas de turistas y acogió numerosas actividades culturales.

Últimos años de cierre

A partir de 2007 comenzó a languidecer hasta tal punto que la empresa optó en 2009 por cesar toda actividad, aunque siguió pagando el canon al ayuntamiento, según indicó a EL DÍA el alcalde, Faustino Alegría (CC). En aquel momento era más rentable tenerlo cerrado.

En el verano de 2010 concluyó la concesión administrativa y el mirador volvió a manos del ayuntamiento. Tras más de un año y medio de cierre, la instalación sufrió un importante deterioro, lo que obligó al consistorio a ejecutar el aval que tenía depositado la empresa para compensar posibles daños. En breve habrá que ejecutar la tercera rehabilitación parcial del recinto.

Faustino Alegría (CC) confía en poder sacar de nuevo a concurso el mirador de Lomo Molino en el mes de marzo de este año, "para que sea un restaurante de referencia en cocina tradicional atendido con personal mayoritariamente tanquero". El alcalde espera que esta adjudicación sea la definitiva, "la que ponga este mirador a funcionar en condiciones y lo convierta en un referente comarcal".

El edil socialista en la oposición tanquera Román Martín responsabiliza del cierre y del actual estado de abandono que sufre el mirador al alcalde y su grupo de gobierno (CC), a quienes acusa de "dejadez e incompetencia".

El mirador de Lomo Molino se ubica en un promontorio de un paraje natural situado entre el casco urbano y Tierra del Trigo, sobre un acantilado con espectaculares vistas de Los Silos, la zona costera del Norte y el Teide. Se trata de un edificio semicircular, con un frente acristalado y espacio para restaurante, oficina informativa, aseos y aparcamientos.