Hermógenes Pérez cumplirá su cuarto mandato al frente del Ayuntamiento de Tacoronte en mayo de 2011. Ahora con 75 años de edad sobre sus espaldas parece resistirse a jubilarse de la política, aunque sí lo ha hecho de su actividad profesional, y sopesa la posibilidad de optar a la reelección como alcalde en los próximos comicios del año que viene por Coalición Canaria, como independiente. Con su habitual sonrisa que le acompaña y con una cierta picardía deja entrever en una conversación con EL DÍA que se siente con fuerzas para seguir en la brecha y asegura que "mientras Dios me dé salud corporal y mental creo que podré asumir un nuevo reto, porque me encanta servir al pueblo".

En todas las convocatorias en las que ha participado ha encabezado la lista de Coalición Canaria en calidad de independiente, una condición que siempre ha defendido y defiende en la actualidad a toda costa, porque "si me exigieran lo contrario me iría para mi casa".

En principio, muestra su disposición a repetir cartel en los comicios de 2011. Aclara que "es una cuestión que se está estudiando, porque quizás tenga las ideas más o menos claras, pero en estos casos, uno no sabe lo qué puede deparar el futuro aunque sea inmediato. Ahora sé en las condiciones que me encuentro, pero dentro de un año podría estar pensando algo diferente. Yo entré en el ayuntamiento para un período de cuatro años, en 1995, convencido de que permanecería sólo durante ese tiempo, pero la realidad es que ya estoy a punto de agotar el cuarto mandato. Me incorporé a la política con la idea de buscar soluciones a los problemas planteados en el municipio hace 15 años y mira ya por donde vamos".

"Me había propuesto superar la crisis económica en la que estaba inmerso el consistorio como resultado de la deuda acumulada de mandatos anteriores - añade -, que hemos logrado rebajar considerablemente, y me encontré con que cuatro años no eran suficientes para completar la labor emprendida y porque había proyectos por realizar. En los dos primeros mandatos se acometen las fases de saneamiento económico y financiero y el plan de barrios, que justificaba optar por un nuevo mandato para completar lo iniciado en 1995. Cuando se agota el período de ocho años, observo que es, a partir de ahí, cuando se empieza a despuntar, porque la administración es continuidad en la gestión, por lo que no tenía sentido marcharme entonces. Luego me decanté por la idea de permanecer doce años, siempre con el respaldo popular en las urnas, para terminar un ciclo. Hace casi cuatro años ya no quería presentarme a la reelección, yo no quería continuar, pero consiguieron convencerme y me presenté".

En estos quince años, Hermógenes Pérez, ha tenido que sortear la pérdida de la mayoría absoluta, con la dimisión y pase al grupo mixto de una concejala, que derivó en una moción de censura de la que salió airoso pues fracasó, y el rechazo popular mayoritario al proyecto de Plan General de Ordenación (PGO). Dos caras de una misma moneda de la acción pública, una en la que los barrios se solidarizan frente al intento de la oposición de apearle de la Alcaldía en los años noventa del pasado siglo, y la otra en que los vecinos le reclaman en la calle la revocación del avance de planeamiento urbanístico, en una manifestación histórica por la respuesta y contestación ciudadana.

A modo de reflexión, el alcalde asegura que "yo no estoy aquí por afán de poder ni por estar por encima de nadie. Me mueve mi vocación de servicio a los vecinos".

Hermógenes Pérez confiesa que "mi familia nunca ha estado de acuerdo con que yo esté en el ayuntamiento, pero terminó aceptando a regañadientes".