COMIENZAN a circular los comentarios sobre las Fiestas del Carmen. Se oyen voces que dicen que el Ayuntamiento de Los Realejos no tiene dinero para eventos festivos, pero sí para las Fiestas de Mayo.

Tampoco hay dinero para mantener las acostumbradas "semanas culturales" que en cada barrio se celebraban y que patrocinaba el ayuntamiento dentro de los festejos de cada uno de ellos.

¡Se dicen o se oyen tantas cosas que no sabemos a qué atenernos! Pero cuando el barranco suena, es que agua lleva, dice el viejo y sabio refrán.

Que se diga que no hay dinero en el ayuntamiento para las Fiestas del Carmen no es nada nuevo. Ya en una ocasión las fiestas se tambalearon, y alguien de fuera de este municipio me telefoneó para que me pronunciara al respecto. Unas semanas después lo hizo él, bajo el titular "Las Fiestas del Carmen han tocado fondo", y el comentario que este señor hizo me lo reservo.

Este año, ya las campanas o voces de alarma están sonando: no hay dinero para las Fiestas del Carmen. Ahora hace falta saber si lo que se dice o se oye es verdad y cuáles son los motivos. Claro que nos van a decir con la boca pequeña que estamos en crisis y que el ayuntamiento no tiene dinero, pero también estamos en crisis para celebrar las de Mayo, y creo que la anunciada crisis ha pasado de puntillas en las Fiestas de Mayo. Al menos así lo parece cuando vemos a todo color el programa.

En fin, seguiremos atentos a lo que pueda suceder, pero creo que la Virgen del Carmen, Ella sola, es toda una fiesta.

Una de las solemnes fiestas cuando sale del pórtico de su santuario. Demostrado ha quedado, y no debemos preocuparnos tanto de los actos profanos. Seamos más realistas. Pensemos que la presencia de la imagen del Carmen en la calle a hombros de sus devotos es la mayor fiesta para Ella y para sus parroquianos, y no faltará una banda de música que la acompañe.

Y si es posible, olvidemos a tantos políticos nefastos que con sus acostumbradas vilipendias nos siguen engañando.

Lo que de verdad da pena es que los políticos no cumplan con sus deberes y que lo que llega a sus manos desaparezca. Pobres tradiciones, pobre pueblo al que le quieren quitar una importante parte de su valiosa trayectoria histórica: sus tradiciones más singulares.