La mayoría de los propietarios del edificio Iders del Puerto de la Cruz ha expresado su temor de perder sus viviendas ante la presión especuladora. La presidenta de la comunidad de propietarios, Milagros Castro, expresó ayer a EL DÍA sus dudas sobre una pronta solución al conflicto debido a la existencia de intereses que apuntan hacia la consecución del solar y no continuar con el proceso abierto para su rehabilitación, y advierte de que "si por alguna razón no se pudiera rehabilitar, estaría todo perdido, el edificio se moriría".

Milagros Castro recuerda que cuando en 1993 se aprobó la revisión del Plan General de Ordenación Urbana para facilitar la modificación del trazado de la carretera de Punta Brava, no se tuvo en cuenta la solicitud planteada por la comunidad del edificio Iders para incluirlo en ese documento. En este sentido, explica que de haber habido voluntad política entonces se hubiera resuelto el asunto y no se habrían complicado las cosas hasta el extremo de mediar varios litigios con la representación del 28% de la propiedad, que dice haber ganado, pero que han sido recurridos.

El edificio Iders se halla situado en la avenida Familia Betancourt y Molina (Generalísimo), y en el momento de su desalojo, a comienzos de los años 90 del pasado siglo, comprendía 84 apartamentos y 11 locales comerciales.

La presidenta de la comunidad del edificio Iders, Milagros Castro, teme que el acuerdo adoptado por el pleno de la corporación a finales de septiembre de 2009 se reduzca a "papel mojado", a pesar de la voluntad expresada por las tres fuerzas políticas, CC, PP y PSOE, de solicitar ayudas a otras instituciones y organismos para la rehabilitación del inmueble.

La presidenta de la comunidad de propietarios reclama un nuevo gesto de buena voluntad y que la nueva administración local, con Marcos Brito al frente, retome el asunto. En este sentido, conforme adelantó a este periódico, no descarta la posibilidad de pedir una reunión con el alcalde.

El edificio Iders fue construido entre 1965 y 1967, y consta de 10 plantas. A finales de 1991 la Dirección General de la Vivienda del Gobierno de Canarias dispuso el desalojo del inmueble al detectarse en su estructura aluminosis, la denominada enfermedad del cemento, una patología derivada del empleo de cemento aluminoso en la fabricación de las viguetas de los forjados de los locales comerciales y las viviendas. Se da la circunstancia de que por entonces se habían detectado casos de aluminosis en edificios de viviendas que despertaron alarma social.

Desde que fueron desalojados, los propietarios no han podido recuperar sus casas, a pesar de que con posterioridad los técnicos demostraron que la aluminosis sólo era parcial y no afectaba a la estabilidad del inmueble.

Rigidez del PGOU

El vigente Plan General de Ordenación Urbana no permite la reconstrucción del inmueble con la misma volumetría, es decir, perdería tres alturas en el caso de que fuera demolido y edificado de nuevo, por lo que la mayoría de los propietarios optó por la rehabilitación.

El proyecto de rehabilitación integral del edificio Iders cumple toda la legislación que le afecta y dispone de licencia municipal de obras y construcciones, por la que se ha abonado sobre los 119.000 euros.

Los problemas jurídicos y económicos retrasan el inicio de la rehabilitación, con el consiguiente encarecimiento del proyecto, y además, según se recoge en la propuesta institucional, "propicia la aparición de daños en la estructura del edificio, suciedad y mala imagen para el entorno turístico y comercial de Martiánez, así como la invasión de ocupas, entre otras anomalías".

La rehabilitación de la obra se estructura en dos fases con un presupuesto de 5,5 millones de euros.