COMO APUNTÁBAMOS en relatos pasados, en Garachico la mayoría de las plazas y calles son conocidas por nombres muy diferentes a los que exhiben sus rótulos o los que figuran en el callejero municipal. Prueba de ello la tenemos en las plazas principales del casco urbano, y si no, vean ustedes cuando al referirnos a la plaza de La Libertad la denominamos "plaza de arriba"; a la plaza de Juan González de la Torre "de abajo o de la pila"; a la plaza de Santo Domingo "del hospital"; a la plaza de Ramón Arocha "del muelle", y con las calles, más de lo mismo. En esta ocasión, nos vamos a referir a la calle "Pérez Zamora", más conocida por "calle del puerto", y que fue la primera vía construida en Garachico. Sobre ésta, leemos en el libro "Calles y plazas de Garachico", del profesor y escritor garachiquense Carlos Acosta García, que fue empedrada en el año 1549, con trabajos dirigidos por Pedro de Ponte y costeados por el Cabildo. Esta calle, que durante varias décadas del pasado siglo ostentó un ingente movimiento comercial (el más importante de la Villa y Puerto), hoy se muestra muy envejecida, por una parte por la cantidad de viviendas deshabitadas (en su mayoría en ruinas) y, por otra, por el abandono de sus fachadas, aceras y adoquinado.

Nuestros munícipes, al mantener esta calle en tan deplorable estado, no se percatan de lo que significó para el progreso del Garachico de entonces la figura del diputado a Cortes don Feliciano Pérez Zamora, natural del Puerto de la Cruz, quien logró para la Villa y Puerto que el cable telegráfico que uniría la isla de Tenerife con La Palma fuera instalado desde Garachico, donde funcionó durante largo tiempo haciendo posible que la Villa de El Roque contara con la oficina principal de esta unión. Acosta García nos da buena cuenta de ello en su libro "Apuntes generales sobre la historia de Garachico", desde la página 392 a la 398.

Y más? Si nos retrotraemos a los últimos ochenta años, esta calle ha albergado, según nos cuentan los más viejos, al menos dos bares, seis establecimientos de víveres, tres pensiones, una alfarería, tres ferreterías, una zapatería, tres restaurantes, un molino de gofio, una mercería, una barbería, tres carpinterías, un estanco, una panadería, una floristería, un establecimiento de congelados, dos empaquetados de plátanos, un comercio de accesorios de automóviles, la central telefónica, dos hornos de cal, una oficina de representación (propiedad del isorano Juan Díaz Jiménez, quien ofrecía a sus clientes desde víveres hasta gasolina para aviones). Sí? ¿no lo creen? Pues ahí le va este anuncio publicado en la revista Hespérides de fecha 8 de agosto de 1926: "Juan Díaz Jiménez, Venta de Gasolina, Aviación marca PPP y Lubricantes Albany. Depósitos en todos los pueblos de la isla. Exportación y compra de frutos. Comercio de tejidos y víveres. Teléfonos: 11 y 43, Garachico".

Esta emblemática vía necesita urgentemente una rehabilitación por parte del ayuntamiento y propietarios de los edificios, al igual que han hecho muchos de los dueños de las casas situadas en la calle Esteban de Ponte, donde se han restaurado muchas de las casas antiguas y se han levantado nuevas edificaciones, respetando el mismo estilo de las centenarias viviendas vecinas. Prueba de ello la tenemos en el flamante hotel San Roque, en la que sus dueños derrocharon su fino gusto para hacer de esta joya del XVII un confortable lugar de paz y sosiego. Pero de esta calle y sus edificios, donde se encuentran algunos de ellos en fase de restauración, como el futuro Garahotel (en una casona también del XVII), nos ocuparemos en próximas colaboraciones.