La decimotercera sesión del juicio al "procés" ha arrancado pasadas las diez de la mañana en el Supremo con la testifical de los que fueran jefes de la Policía Nacional y la Guardia Civil en Cataluña el 1-O, en una jornada en la que por primera vez el tribunal oirá a mandos de los Mossos d''Esquadra.

Las declaraciones de este jueves cierran la cuarta semana del juicio del "procés", centrada en la gestión policial del referéndum del 1-O y de las concentraciones del 20 de septiembre ante la conselleria de Economía de la Generalitat, durante los registros ordenados por el juez de Barcelona que investigaba el 1-O.

La sesión ha comenzado con la presencia en la sala del principal responsable de la empresa postal Unipost, Pau Raventós, que como está imputado en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona, que investiga los preparativos del 1-O, se ha acogido a su derecho a no declarar.

Después de Raventós, la sala ha procedido a la testifical de Sebastián Trapote, que fue jefe superior de Policía de Cataluña durante el 1-O, en un interrogatorio que se adentrará en el papel de este cuerpo policial en cumplir la orden judicial de impedir el referéndum.

En el mismo contexto declarará Ángel Gozalo, que era el jefe de zona de la Guardia Civil en Cataluña cuando se celebró el referéndum y quien también será interrogado por las concentraciones del 20S durante el registro de la conselleria de Economía, del que se encargaron agentes del instituto armado.

En marzo de 2018, Gozalo fue ascendido a teniente general, el máximo rango en el instituto armado, por lo que abandonó su puesto en Cataluña, donde llevaba desde 2011, y se incorporó a los servicios centrales de la Guardia Civil en Madrid.

Por la tarde, los interrogatorios proseguirán con los comisarios de los Mossos d''Esquadra Manuel Castellví y Emilio Quevedo, dos antiguos mandos de la cúpula de la policía catalana, próximos al mayor Josep Lluís Trapero, quienes hace semanas pasaron a segunda actividad.

Castellví, que estuvo siete años al frente de la comisaría general de Información y se reunió con el Govern los días previos a referéndum, explicó en su declaración en fase de instrucción ante el Supremo que había avisado al expresidente catalán Carles Puigdemont de la posibilidad de que ocurrieran incidentes violentos la jornada del 1-O.

El testimonio de Castellví fue clave también para que un juez archivara la causa del supuesto espionaje a políticos constitucionalistas, destapada a raíz de los documentos que agentes de la policía catalana iban a incinerar la víspera de que el Parlament aprobara la resolución de independencia.

El último testigo citado a declarar este jueves es el comisario Quevedo, que durante doce años dirigió la Comisaría General Técnica de Planificación y Seguridad de la policía catalana.

Quevedo está pendiente de prestar declaración como imputado ante el juez de Cornellà (Barcelona) que investiga a la cúpula de los Mossos d''Esquadra -entre ellos Ferran López, que sustituyó a Trapero como jefe de la policía catalana durante el 155- por supuesta pasividad ante el referéndum.