El jefe de la Guardia Civil el 1-O, Ángel Gozalo, ha relatado hoy que en aquella jornada los agentes eran recibidos con "violencia" y con un "grado de virulencia" hasta el punto que llegó a creer que se tenían "ganas a la Guardia Civil" porque había realizado algunos registros contra el 1-O.

Gozalo, ascendido hace un año a teniente general -el máximo rango en el instituto armado-, ha declarado este jueves en el juicio del "procés", donde ha explicado la actuación policial desarrollada para impedir el referéndum del 1 de octubre.

Centrado en el 1-O, Gozalo ha precisado que era "tan difícil era entrar como salir" porque la oposición era "violenta y manifiesta" y daba igual "que salieras con cuatro urnas o con ninguna".

Según ha dicho, "en general" el recibimiento a los agentes en los puntos de votación era violento pues en ocasiones la "resistencia mutaba en un grado mayor de virulencia con empujones, insultos o lanzamiento de objetos".

"Se tenía cierto grado también, a mi juicio, de ganas a la Guardia Civil porque estaba llevando su trabajo como policía judicial", ha recordado en relación a los registros que llevó a cabo el instituto armado contra el referéndum por orden judicial.

Como consecuencia de su actuación el 1-O, ha continuado Gozalo, 55 agentes resultaron lesionados y cinco tuvieron que darse la baja médica.

El teniente general ha mencionado diversos episodios que sufrieron los agentes de la Guardia Civil en municipios como San Carles de la Rapita (Tarragona), Alcarràs (Lleida) o Maresme (Barcelona), donde se lanzaban piedras u objetos que se tenían a mano e incluso un agente sufrió patadas en el suelo.

Hasta 131 muestras de desafecto a la Guardia Civil, como concentraciones en las casas cuarteles en varios municipios, y situaciones de "acoso por parte de la ciudadanía, con apoyo de algunas instituciones y determinados medios de comunicación"

"Esta situación era sentida por la Guardia Civil, por los familiares, que se veían limitados en su libertad de movimiento, y estas esposas, estos hijos esa presión la tenían también cuando iban al comercio, al colegio o al instituto", ha lamentado.