Junts per Catalunya (JxCat) y ERC pueden lograr la investidura del nuevo presidente de la Generalitat si consiguen el voto a favor de la CUP para alcanzar la mayoría absoluta en primera votación, o bien su abstención para asegurarse la mayoría simple en una segunda votación.

Pese a pasar de 72 a 70 escaños, las fuerzas independentistas han revalidado la mayoría absoluta que consiguieron en 2015 en las elecciones de hoy en Cataluña, lo que abre la puerta a un nuevo gobierno de coalición de JxCat -marca con la que se ha presentado Carles Puigdemont, utilizando los derechos electorales del PDeCAT- y de ERC.

La sesión constitutiva del Parlament debe tener lugar dentro de los 20 días hábiles posteriores a las elecciones, lo que sitúa como fecha límite el 23 de enero, mientras que antes del 6 de febrero debe celebrarse el debate de investidura del nuevo president.

En una primera votación, quien se postula para ocupar la presidencia de la Generalitat debe obtener la mayoría absoluta de los votos, es decir, un mínimo de 68 sobre 135.

En caso de no reunir suficientes apoyos, puede someterse dos días después a un segundo debate, que culminará con otra votación en la que es suficiente la mayoría simple de la cámara, es decir, más votos a favor que en contra.

JxCat (34 escaños) y ERC (32) se han quedado a dos diputados de la mayoría absoluta, por lo que para poder conseguir la investidura en primera votación deberían lograr al menos dos votos a favor de la CUP, que ha obtenido 4 escaños.

En su defecto, una abstención de la CUP bastaría para que, con sus 66 diputados, JxCat y ERC sacaran adelante la investidura en segunda votación, ya que los votos en contra del resto de formaciones -37 de Ciudadanos, 17 del PSC, 8 de los comunes y 3 del PPC- no pasarían de 65.