Los buzos de la Armada que trabajan en el punto del Atlántico se hundió el helicóptero Superpuma del Ejército del Aire comienzan a acusar las repetidas inmersiones, hasta el punto de que doce de ellos han recibido atención a lo largo de esa semana para recuperarse.

Los 20 submarinistas vienen trabajando desde hace días a profundidades de entre 40 y 50 metros, primero en busca de cualquier indicio que permitiera localizar la cabina y, desde ayer, en los preparativos para recuperar los cadáveres de sus tres tripulantes.

Fuentes de Defensa ha indicado que doce de ellos han acusado en los últimos días el esfuerzo de las inmersiones repetidas, aunque ninguno ha sufrido problemas graves.

Dependiendo de la profundidad a la que desciendan y el tiempo que pasen sumergidos, los buzos necesitan períodos de descanso de hasta diez horas para que los niveles de nitrógeno en su organismo recuperen la normalidad y puedan volver al trabajo.

Su tarea se ha visto dificultada además por el mal tiempo en la zona, con olas de hasta cuatro metros, e incluso por la presencia de tiburones, lo que llevó a la Armada a disponer una lancha rígida de apoyo con un francotirador a bordo para protegerlos.

El ministro, Pedro Morenés, ya anunció ayer que, una vez encontrados los tres fallecidos, había dado instrucciones para que a partir de ahora los trabajos bajo el mar discurran con la seguridad como prioridad, en dos planos: no exponer a riesgos al personal del operativo y garantizar que los cadáveres son recuperados.