La portavoz de Unión Progreso y Democracia (UPyD), Luciana Miguel, se ha dado de baja del partido y ha presentado su dimisión como concejala en el Ayuntamiento de Segovia, donde esta formación cuenta con dos representantes.

Miguel, médica, de 38 años, ha asegurado en rueda de prensa que adopta la decisión tras el último congreso de su partido, en el que ha resultado elegido como nuevo dirigente de UPyD, Andrés Herzog, mientras que ella iba en el equipo de la candidata que no ganó, Irene Lozano.

Miguel ha explicado que se da de baja del partido y "por coherencia" presenta su dimisión en el ayuntamiento segoviano donde gobierna el PSOE, con 12 concejales, frente a ocho del PP, dos de Ciudadanos, otros tantos de UPyD y uno de IU.

La hasta ahora portavoz de la formación magenta ha explicado que lleva mucho tiempo expresando sus discrepancias con el rumbo que marcaba la dirección de su partido, antes dirigido por una de sus fundadoras, Rosa Díez.

En su opinión, esta gestión es la "causa de los resultados electorales que hemos tenido, he intentado por todas las vías que se recondujera la situación pero hemos perdido congreso donde ha ganado una dirección continuista que nos lleva a un camino que no comparto y no quiero recorrer", ha matizado.

La decisión de Luciana Miguel ha causado sobresalto y malestar en UPyD de Segovia, según ha manifestado quien fue responsable de la campaña, Félix Ortiz, quien ha considerado la dimisión como "un fraude político".

Ortiz, que como la mayoría de militantes segovianos han apoyado a Lozano, ha subrayado que Luciana Miguel "tiene el compromiso de estar con los electores, ha dado un portazo en las narices a 1.740 personas que le han votado".

Asimismo Ortiz ha pedido "disculpas" a los votantes de UPyD y se ha sentido "avergonzado", por la actitud de Luciana Miguel, argumentando que "esta forma de actuar no es procedente, no es de recibo, así no se hace".

Por su parte, Luciana Miguel ha manifestado sentirse "tranquila" por haber contribuido a formar "un partido fuerte y cohesionado en Segovia" y, aunque reconoce que ha puesto "voz y cara", ha argumentado que el trabajo no ha sido en exclusiva y, en su opinión, "se queda gente muy preparada, por lo que el proyecto tiene garantizada su continuidad".